Cuando Liz Truss se puso de pie para dirigirse a los Comunes a las 11:40 a. m. del jueves (hora del Reino Unido), sabía desde hacía más de dos horas que era poco probable que la reina sobreviviera al día.
Por: DailyMail
Traducción libre del inglés por lapatilla.com
La nueva primera ministra había estado discutiendo los detalles finales de su rescate energético de 150.000 millones de libras esterlinas con ayudantes cercanos cuando el secretario del gabinete, Simon Case, le dijo que la monarca estaba gravemente enferma y que era “cuestión de horas, no de días”.
Mientras trataba de asimilar la enormidad de la noticia, Truss se dio cuenta de que tendría que ocultar su angustia hasta que el Palacio de Buckingham se lo dijera formalmente a la nación, después de que ella hubiera entregado su declaración de los Comunes.
Mientras los asistentes localizaban ropa negra y cancelaban una llamada telefónica vespertina con el presidente francés, Emmanuel Macron, la primera ministra, que apenas había entrado en su segundo día en Downing Street, fue conducida la corta distancia hasta el Parlamento, donde no dio indicios del drama que se desarrollaba mientras ella anunció que el Gobierno limitaría las facturas anuales de energía de los hogares a 2500 libras esterlinas hasta 2024.
Cuando dijo ‘tiempos extraordinarios requieren medidas extraordinarias’, los parlamentarios no tenían idea de cuán extraordinaria se estaba volviendo su primera semana en el cargo.
Las noticias sobre la salud de la Reina solo comenzaron a rumorearse en la Cámara de los Comunes después de que la primera ministra terminó de hablar. Cuando el ministro del Gabinete, Nadhim Zahawi, le pasó un mensaje en la cámara a las 12:15 p. m., simplemente confirmó lo que ya sabía. Quince minutos después el Palacio conmocionó al mundo al anunciar que ‘los médicos de la Reina están preocupados por la salud de Su Majestad’.
Después de que los parlamentarios terminaron de debatir sus planes energéticos, Truss se reunió con asesores en el piso número 10 para planear un discurso en homenaje a Su Majestad: fue en ese piso, a última hora de la tarde, donde recibió la temida llamada de Palacio diciendo que el Reina había muerto. Tras el anuncio oficial de la noticia a las 18.30 horas, la Primera Ministra entregó su homenaje en Downing Street.
“El estado de ánimo era de conmoción, inmensa tristeza e incredulidad”, dijo una fuente. “Comenzamos el día preparando una de las mayores intervenciones económicas en la historia británica y lo terminamos marcando la ascensión de un nuevo Rey”.
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