Los restos mortales de Isabel II llegaron este domingo a Edimburgo desde el castillo escocés de Bamoral, donde falleció el jueves a los 96 años, en la primera etapa de un periplo que permite a los británicos despedir a su reina más longeva.
Tras un viaje de más de seis horas, el coche fúnebre penetró en el Palacio de Holyroodhouse de la capital escocesa, pocos antes de las 16H30 (15H30 GMT), transportando el ataúd de roble cubierto con el estandarte real escocés y una corona de flores blancas.
Miles de personas se apostaron en las empedradas calles de Edimburgo para contemplar y aplaudir el paso del cortejo fúnebre, al igual que durante su recorrido de casi 300 kilómetros por la verde campiña escocesa, lugar de veraneo de la difunta reina.
“Sólo pude ver un poco, pero fue muy conmovedor, era una persona maravillosa. Es muy triste”, lamentaba Theresa Brown, una recepcionista, un sentimiento compartido por Román Gutiérrez, un estudiante español de 20 años: “Todo el mundo se va, supongo, así que tenemos que seguir adelante”, relativizó.
Ocho porteadores militares, seguidos por la hija de la reina, la princesa Ana, transportaron el féretro a la sala del trono del palacio, donde será velado por la Compañía Real de Arqueros, los guardaespaldas de los monarcas en Escocia.
El lunes los restos mortales serán llevados en procesión a la cercana catedral de Saint Giles, donde se celebrará un oficio en presencia del rey Carlos III y donde la gente podrá despedir a su “amada mamá”.
Nuevo hogar para sus corgis
La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, partidaria de la independencia de Escocia, calificó de “momento triste y conmovedor” la marcha de esta “mujer extraordinaria” de “su querido Balmoral por última vez”.
La estancia en Escocia terminará el martes por la tarde, cuando un avión transporte el ataúd a Londres para varios días de homenaje popular y un funeral el 19 de septiembre en presencia de dignatarios mundiales, como el emperador japonés Naruhito.
En Londres, los restos de la reina serán llevados el miércoles en procesión del Palacio de Buckingham al de Westminster, donde permanecerá sobre un catafalco color púrpura hasta el primer funeral de Estado desde el del ex primer ministro Winston Churchill en 1965.
Las exequias de la soberana tendrán lugar en la Abadía de Westminster, allí donde la joven princesa Isabel Alejandra María se casó en noviembre de 1947 y donde el 2 de junio de 1953 fue coronada reina tras la muerte de su padre Jorge VI el 6 de febrero de 1952.
Su vida también estuvo ligada a sus inseparables perros corgi, que por fin encontraron un hogar. Su tercer hijo, el príncipe Andrés –acusado en los últimos años de agresiones sexuales en Estados Unidos– adoptó a Muick y Sandy, informó su oficina.
“Negociaciones” entre Guillermo y Enrique
Aunque el protagonismo vuelve a la difunta soberana tras el ascenso al trono de su hijo, la reaparición juntos de los príncipes Guillermo y Enrique, al lado de sus esposas Catalina y Meghan, coparon la portada de los diarios dominicales.
“Reunidos por la pena”, tituló el Sunday Telegraph, junto a una imagen de los cuatro caminando juntos en Windsor. El Sunday Times precisó que se necesitaron “largas negociaciones” entre ambas parejas, a las que se considera distanciadas, para ese mediático momento.
El fallecimiento de Isabel II tras siete décadas en el trono conmocionó al Reino Unido, a la Commonwealth (Mancomunidad de Naciones) y al mundo. Su hijo Carlos III fue proclamado rey del Reino Unido el sábado y, este domingo, de Australia y Nueva Zelanda.
El presidente chino, Xi Jinping, lo felicitó el domingo, en un mensaje en el que expresó su deseo “ampliar los intercambios amistosos y la cooperación mutuamente beneficiosa y fortalecer la comunicación sobre cuestiones globales”, según la agencia Xinhua.
“Isabel la Grande”
Escocia, Gales e Irlanda del Norte, las otras naciones constituyentes del Reino Unido junto a Inglaterra, también lo proclamaron oficialmente este sábado, pero el Sinn Fein, partido favorable a la reunificación de Irlanda, no participó en la celebrada en Belfast.
El partido reconoció “el papel muy positivo que la reina desempeñó para impulsar la paz” tras décadas de disturbios entre católicos republicanos y protestantes unionistas, pero estimó que la proclamación de Carlos III era solo para “quienes son leales a la Corona”.
El nuevo monarca de 73 años visitará Belfast el martes para recabar las condolencias oficiales, en el marco de un viaje por las naciones del Reino Unido que iniciará el lunes en Edimburgo y que le llevará el viernes a Cardiff.
La presencia prevista de la nueva primera ministra, Liz Truss, en estas ceremonias a lo largo del país suscitaron críticas de que la conservadora buscaría aprovechar políticamente la situación.
Su predecesor, Boris Johnson, rindió un emotivo homenaje días atrás a Isabel II, cuya “indomabilidad”, “humor”, “ética del trabajo” y “sentido de la historia” la convirtieron, a su juicio, en “Isabel la Grande”.
AFP