Ivan Pechorin, el director gerente de la Corporación de Desarrollo del Ártico y el Lejano Oriente de Rusia, murió después de “caerse por la borda” mientras navegaba frente a la costa del Pacífico del país, según reportaron medios rusos.
El funcionario de 39 años se habría caído de un bote en las aguas cercanas a la isla Russky, informó el diario ruso Komsomolskaya Pravda. Su cuerpo fue encontrado después de una búsqueda que duró más de un día.
“La muerte de Iván es una pérdida irreparable para amigos y colegas, una gran pérdida para la corporación”, se lee en un comunicado oficial de la corporación en la que trabajaba.
Pechorin se une a la cada vez más larga lista de empresarios rusos que mueren en circunstancias sospechosas, muchos de ellos con vínculos con Gazprom y otras empresas energéticas.
El ex director ejecutivo de la corporación en la que trabajaba Pechorin, Igor Nosov, de 43 años, también murió repentinamente en febrero, según informes, de un derrame cerebral.
Ola de muertes misteriosas
En los últimos meses se sucedieron varios episodios que despertaron suspicacias en Rusia.
A principios de este mes, el presidente de la petrolera rusa Lukoil, Ravil Maganov, falleció tras caer por una ventana del Hospital Clínico Central de Moscú donde estaba ingresado, informaron las agencias rusas Interfax y TASS.
Un ejecutivo de Gazprom fue hallado muerto en su casa de campo en el pueblo de Leninsky, cerca de Leningrado, el 30 de enero de 2022. La cadena rusa RenTv lo identificó como Leonid Shulman, jefe de transporte de Gazprom Invest, y la agencia estatal rusa RIA Novosti informó que se encontró una nota de suicidio en la escena, una rareza ante las puñaladas en su cuerpo.
El 25 de febrero fue hallado muerto en el mismo pueblo Alexander Tyulakov, otro alto ejecutivo de Gazprom. El diario ruso independiente Novaya Gazeta detalló que fue encontrado sin vida en su garaje y afirmó que fue un suicidio, aunque versiones apuntan que su cuerpo tenía marcas de golpes.
Por su parte, el multimillonario ruso de origen ucraniano Mikhail Watford fue encontrado muerto en su casa de Surrey, Inglaterra, el 28 de febrero. La policía local explicó a la cadena CNN que la muerte está siendo investigada por un forense.
Vasily Melnikov, dueño de la empresa de suministros médicos MedStom, fue encontrado muerto junto a su familia en Nizhny Novgorod a finales de marzo, según reveló el periódico ruso Kommersant. En los días posteriores al incidente, el Comité de Investigación dijo que “no había signos de entrada no autorizada en el apartamento” y que “se encontraron e incautaron cuchillos”. Y advirtió que “los investigadores están considerando varias versiones de lo sucedido, incluyendo el asesinato de los hijos y la esposa por el jefe de la familia, seguido de una muerte autoinfligida”.
Vladislav Avayev, ex vicepresidente de Gazprombank, fue hallado muerto con su mujer y su hija en su departamento en Moscú el 18 de abril, según la agencia estatal rusa Tass, que afirmó que se está investigando el caso como un asesinato-suicidio. Su entorno de amigo cuestionó que se halla tratado de un crimen de celos, como afirmaron los investigadores, y resaltan que tenía acceso a secretos financieros.
Un día después, el 19 de abril, Sergey Protosenya, ejecutivo del productor de gas Novatek, que es parcialmente propiedad de Gazprom, fue encontrado muerto al norte de Barcelona y los cuerpos de su mujer y su hija fueron hallados en las proximidades, según informó la CNN.
Además, otros dos empresarios de alto perfil fueron hallados muertos.
En abril, Yevgeny Palant, un multimillonario del sector de teléfonos móviles, fue encontrado sin vida junto a su esposa con heridas de puñaladas y la versión de los medios oficialistas apuntó a que la mujer lo mató y luego se suicidó cuando él le dijo que la dejaría.
En mayo, el multimillonario Alexander Subbotin, de 43 años, ex alto ejecutivo del gigante energético Lukoil, también fue encontrado muerto después de “seguir el consejo de los chamanes”. Una teoría es que fue envenenado con veneno de sapo que provocó un ataque al corazón.
A inicios de julio, Yuri Voronov, un ejecutivo ruso vinculado al gigante energético Gazprom de 61 años, apareció sin vida en su lujosa mansión en las afueras de San Petersburgo, con una bala en la cabeza, flotando en el agua y con una pistola cerca.
(Con información de EFE)