La Casa Blanca calificó el jueves de “vergonzosa” la decisión de gobernadores republicanos de enviar migrantes en autobús y avión a Washington, y a una exclusiva isla en el noreste de Estados Unidos.
Por Semana
Desde hace meses, funcionarios republicanos locales, entre los que se destaca el poderoso gobernador de Texas, Greg Abbott, han venido trasladando inmigrantes a los bastiones demócratas en todo el país.
Lo hacen para denunciar la política del presidente Joe Biden, a quien acusan de haber convertido la frontera con México en un colador, y para intentar poner la inmigración en el centro de la campaña para las elecciones de medio mandato, el 8 de noviembre.
Estas prácticas de envío de migrantes del sur al norte del país se han convertido en una batalla política, a pocas semanas de las elecciones legislativas en la que los demócratas pueden perder el control del Congreso.
“Es una maniobra política fría y premeditada”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, acusando a pesos pesados de la derecha estadounidense de utilizar a los migrantes como “peones” en el ajedrez político, de una manera “cruel”.
El jueves por la mañana, dos autobuses con migrantes llegaron cerca de la residencia en Washington de la vicepresidenta Kamala Harris, a quien Biden encomendó encargarse del explosivo tema migratorio.
Fueron enviados por el muy conservador Abbott, en campaña por su reelección en este estado en primera línea de la ola de inmigración ilegal proveniente de países centroamericanos.
“La vicepresidenta Harris afirma que nuestra frontera es ‘segura’ y niega que haya una crisis. Estamos enviando migrantes a su patio trasero para instar a la administración de Biden a que haga su trabajo y asegure la frontera”, tuiteó el gobernador de Texas.
Abbott asegura haber enviado 10.000 migrantes desde abril a Washington, Nueva York y, más recientemente, a Chicago.
El rival potencial de Trump
El miércoles, el influyente gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, se sumó a esta movida, afirmando haber enviado dos aviones de migrantes a la exclusiva isla Martha’s Vineyard, un mítico lugar de vacaciones que supo recibir a los Kennedy, los Clinton y los Obama.
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