Cuando Camilla Parker Bowles conoció al príncipe Carlos, en 1970, ella ya sabía con detalles la historia familiar que los unía. “Mi bisabuela fue la amante de su tatarabuelo”, dicen que fue la frase con la que la joven se acercó al entonces heredero a la corona británica cuando lo vio por primera vez en un campo de polo.
El encuentro sucedió hace ya más de 50 años. Y pocos de los presentes en ese momento -incluyéndolos- se imaginaron que iban a ser ellos mismos quienes repetirían con increíbles similitudes la historia de amor que protagonizaron sus familiares a fines del 1800.
Aunque con una gran diferencia: luego de medio siglo como amantes y 17 años de casados, Camilla y Carlos se convertirían en Rey y reina consorte del Reino Unido. Títulos que adquirieron luego de la muerte de la reina Isabel II el pasado jueves 8 de septiembre.
La suerte no fue igual para sus antepasados, quienes se conocieron a fines de la década de 1880 y, a pesar de la conexión que pareció unirlos desde el primer momento, nunca pudieron formalizar su relación. Eduardo VII -tatarabuelo del rey Carlos III- también era príncipe de Gales cuando conoció a Alice Keppel, bisabuela de Camilla Parker.
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