El pedido de comida para llevar de un policía ruso fue la pista decisiva que ayudó a un grupo de mujeres, que habían sido aterrorizadas por él, a revelar su verdadera identidad. Por primera vez, una investigación de la BBC cuenta la historia de cómo lo localizaron.
Por BBC Mundo
Las mujeres, en su mayoría de entre 19 y 25 años, habían asistido en marzo a una concentración en Moscú contra la invasión rusa de Ucrania. Fueron rápidamente detenidas por los agentes y metidas en la parte trasera de un furgón policial.
La mayoría de ellas no se conocían, pero a pesar de las circunstancias el ambiente era animado. Incluso crearon un grupo de chat en Telegram mientras viajaban por la ciudad hasta la comisaría de Brateyevo.
Lo que ocurrió después fue mucho peor de lo que esperaban.
Durante las siguientes seis horas sufrieron abusos verbales y físicos que, en algunos casos, equivalían a tortura: una mujer dice que le quitaron el oxígeno repetidamente cuando le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza.
Los abusos fueron llevados a cabo por el mismo agente de paisano no identificado: alto, atlético, vestido con un polo de cuello negro. En el grupo de chat, le pusieron el apodo de “el hombre de negro”.
Dos de las mujeres, Marina y Alexandra, grabaron en secreto el audio con sus teléfonos. En uno de ellos se oye al agente gritar sobre su “total impunidad”.
Pero si su objetivo era intimidarlas para que guardaran silencio, fracasó.
Tras su liberación, las mujeres discutieron en el grupo de Telegram cómo podrían averiguar quién era.
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