En julio de 1799, mientras excavaban cerca de la ciudad de Rosetta (hoy Rashid) en el delta del Nilo, se toparon con un hallazgo único.
Por: BBC
Una piedra con tres tipos de inscripciones: los misteriosos jeroglíficos antiguos en la parte superior, un texto desconocido en el centro (que después se llamaría egipcio demótico) y, en la parte inferior, griego antiguo.
Además de soldados, Napoleón había llevado un ejército de 167 eruditos, incluidos anticuarios, artistas y lingüistas, que reconocieron su valor.
Ese octubre, el propio Napoleón, recién regresado de Egipto, le dijo al Instituto Nacional de París que la piedra era “un medio para adquirir cierta información de este, hasta ahora, lenguaje ininteligible”.
El idioma griego era conocido, así que sabiéndo qué decía la milenaria escritura, hallarían claves para entenderla.
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