Las autoridades de Guatemala disolvieron este sábado una caravana de unos 400 migrantes sin papeles en la frontera con Honduras, la mayoría ciudadanos de Venezuela, Cuba y Haití que intentan llegar a Estados Unidos, informó una fuente de Migración.
Los migrantes, entre ellos niños y embarazadas, fueron interceptados por la policía en el puesto fronterizo de Corinto, en el departamento de Izabal (noreste), dijo a periodistas Alejandra Mena, vocera del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM).
“Las personas en movilidad son en su mayoría de nacionalidad venezolana, haitiana y cubana”, indicó la funcionaria.
Agregó que el grupo fue retenido en el paso fronterizo, donde fue desplegado un contingente de policías y militares antidisturbios y varias instituciones iniciaron un diálogo para “buscar soluciones migratorias y brindarles la asistencia correspondiente”.
Tras varias horas de diálogo, el IGM autorizó el “ingreso humanitario a 121 personas” que podrán continuar su tránsito en el país, indicó Mena, mientras que el resto fue devuelto a Honduras, proceso para los migrantes que ingresan a Guatemala de forma irregular.
“Se les ha informado sobre el proceso de refugio, sin embargo indican que necesitan transitar únicamente, con el fin de llegar a México y posteriormente a Estados Unidos”, agregó.
El gobierno activó un protocolo de atención migratoria tras interceptar la caravana al sospechar que otro grupo numeroso podría ingresar de la misma forma a territorio guatemalteco desde Honduras, aunque hasta el momento la movilización no ha sido confirmada.
Además de ser país de origen de migrantes que buscan ingresar de forma irregular a Estados Unidos, Guatemala también es corredor para miles de ciudadanos de otras nacionalidades que aseguran huir de la pobreza, violencia y falta de oportunidades en sus países e intentan llegar a suelo estadounidense.
Durante 2018, el éxodo migratorio evolucionó con la salida de caravanas, principalmente desde el norte de Honduras. La última marcha masiva, de unos 7.500 integrantes, fue disuelta a la fuerza por policías y militares guatemaltecos a principios del año pasado en el departamento de Chiquimula, fronterizo con Honduras.
AFP