La comunidad internacional está perdiendo la paciencia con las autoridades talibanas por sus “escasos y lentos avances” y por sus retrocesos en materia de derechos humanos, especialmente respecto a las mujeres, advirtió este martes el representante adjunto de la ONU para Afganistán, Markus Potzel.
“Me temo que muchos países de la comunidad internacional se están quedando sin paciencia respecto a la búsqueda de una estrategia de compromiso con las autoridades talibanas de Afganistán”, pronunció Potzel nada más tomar la palabra ante el Consejo de Seguridad de la ONU, que hoy se reunió para discutir la situación en el país asiático.
El representante de la ONU apuntó que, en los últimos meses, se han registrado algunos avances, que calificó de “lentos y escasos”, pero sobre todo destacó que han sido eclipsados por los retrocesos.
“En particular, la prohibición actual de que las niñas reciban educación secundaria, algo único en el mundo, así como las crecientes restricciones a los derechos de las mujeres son señales de que los talibanes son indiferentes a más del 50 por ciento de la población y de que están dispuestos a arriesgarse al aislamiento internacional”, zanjó el representante de la ONU.
La situación de Afganistán, donde los talibanes recuperaron el poder tras la retirada estadounidense del país en agosto del año pasado ha pasado a segundo plano en la reciente Asamblea General de la ONU, que concluyó ayer, después de que el año pasado fuera uno de los principales temas que se pusieron sobre la mesa.
El malestar expresado por Potzel fue puesto en escena antes de la reunión por los diez miembros no permanentes del Consejo Seguridad y los cinco próximos que entrarán a formar parte del máximo órgano legislativo en sustitución de sus colegas salientes.
“Hace diez días se cumplió un año desde que los talibanes decidieron excluir a las niñas de la educación secundaria en Afganistán (…) Llamamos a los talibanes a revocar esta decisión inmediatamente”, leyó la representante de Noruega ante la ONU, Mona Juul, acompañada por los representantes de Albania, Brasil, Gabón, Ghana, India, Irlanda, Kenia, México y Emiratos Árabes Unidos, más Ecuador, Japón, Malta, Mozambique y Suiza como próximos miembros.
Estos quince países instaron a los talibanes a respetar el derecho universal a la educación, incluido el de todas las mujeres y niñas y alentaron los esfuerzos internacionales para que los talibanes se comprometan con estos derechos.
En su intervención, Potzel también sostuvo que se han erosionado otros logros y habló de un aumento de choques armados y de la criminalidad, así como de los ataques terroristas.
Además, advirtió que la situación económica continúa siendo muy frágil, con los ingresos por habitante a niveles de 2007 “lo que supone haber borrado 15 años de crecimiento económico” y apuntó que “parte de la persistente recesión económica se debe a problemas de liquidez relacionados con el aislamiento de Afganistán del sistema bancario internacional”.
Ante este panorama, Potzel, que intervino a la espera de que se incorpore a su puesto la nueva representante de la ONU para Afganistán, Roza Otunbayeva, volvió a insistir en que “no está claro qué ocurrirá” si los talibanes no responden a las necesidades de todos los componentes de la sociedad afgana ni aprovechan la oportunidad que todavía les queda para trabajar con la comunidad internacional. EFE