Mientras llegan las condolencias por el fallecimiento de la reina Isabel II a los 96 años, muchos han reflexionado sobre la longevidad y la fuerza del matrimonio que ella y el príncipe Felipe compartieron durante más de 70 años.
La pareja se casó en 1947, sin embargo, se conocieron mucho antes, habiéndose presentado por primera vez en la boda de la princesa Marina de Grecia y Dinamarca y el duque de Kent en 1934, cuando la reina tenía tan solo siete años y el príncipe Felipe 12.
A pesar de su corta edad, los medios de comunicación dijeron entonces que el príncipe Felipe e Isabel, quien en ese momento no estaba destinada a ascender al trono, podrían llegar a ser una buena pareja.
Además de tener en común el ser criados como parte de la realeza, Isabel y Felipe tenían también en común un pariente lejano, ya que ambos son descendientes de la reina Victoria.
Por lo tanto, la monarca y su esposo son parientes lejanos, pues ambos eran tataranietos de la reina Victoria y, en consecuencia, primos terceros.
Para la reina Isabel, la relación con la reina Victoria es por parte de su padre. La reina Victoria, como reina de Inglaterra de 1876 a 1901, tuvo nueve hijos durante su reinado, cuatro varones y cinco mujeres, con su marido, el príncipe Alberto.
Cuando murió la reina Victoria, el hijo mayor de la pareja, el príncipe Eduardo, ascendió al trono en 1901, antes de que su segundo hijo mayor, Jorge, que es el abuelo de la reina, lo sucediera en 1910.
El reinado del rey Jorge V duró hasta 1936, momento en el que su hijo, el padre de la reina, Jorge VI, se convirtió en rey.
La reina Isabel II se convirtió en monarca de la familia real tras la muerte de su padre en 1952.
Por su parte, el príncipe Felipe, que nació el 10 de junio de 1921 en la isla griega de Corfú, hijo del príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca y la princesa Alicia de Battenberg, tiene parentesco con la reina Victoria por parte de su madre.
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