La “bella durmiente” es y ha sido una de las películas más populares de Disney por muchos motivos. Pero fundamentalmente por dos: Por ser un cuento de hadas entre Aurora y el príncipe, con el permiso de la malvada Maléfica. Y por ser el decimosexto y ultimo largometraje producido por Walt Disney. Estrenada el 29 de enero de 1959, fue el último largometraje de Disney entintado a mano antes de que se hiciera común el proceso de serigrafía. La producción se alargó durante casi toda la década de los años 50. El guión comenzó a escribirse en 1951, un año después se grabaron las voces y la producción de la animación y la banda sonora se realizaron entre 1953 y 1958.
Por larazon.es
El estudio había pensado en casi todo. Los nombres de los protagonistas eran perfectamente identificables y cercanos. Aurora tomó su nombre del ballet de Tchaikovsky y el príncipe llevaría el nombre del duque de Edimburgo, Felipe Mountbatten. Además, el físico de Aurora estaba inspirada en un icono de esos años, Audrey Hepburn.
Algunas de las escenas de la película fueron descartes de otra obra maestra “Blancanieves y los siete enanitos”. La huida del castillo del príncipe o la escena en la que Maléfica captura a Felipe no fueron incluidas en Blancanieves porque el estudio no contaba con los medios necesarios como para hacer que las escenas fueran creíbles.
Como ultimo paso previo, se decidió realizar un rodaje con actores reales para que los animadores pudieran hacer que las escenas fueran lo más parecidas a la realidad.
A pesar de todo, las cosas no fueron como se esperaba. El estreno estuvo a punto de provocar la bancarrota del estudio porque sólo logró recaudar 3 de los los 6 millones de dólares que costó la producción. Las críticas no ayudaron: Acusaban a la cinta de tener un ritmo muy lento y de que los personajes no tenían suficiente calado y estaban poco desarrollados. Sin embargo, como en muchas otras ocasiones, el tiempo vino a darle la razón a Disney y “La bella durmiente” es a día uno de las mejores películas de animación de la historia.
La cinta se reestrenó en 1970, 1979 y 1986. Este último año se editó en formato VHS y Laserdisc, y se convirtió en el primer clásico de Disney en ser editado en estéreo Hi-Fi. En 1997 se digitalizó la cinta y se restauró. En 2003 se lanzó una edición especial en DVD y en 2008, para celebrar el 50 aniversario se comercializó una edición platino en DVD y Blu-Ray.
La historia, por todos conocida, cuenta la vida de la princesa Aurora, a la que el hada Maléfica le lanza una maldición durante su bautizo, según la cual al cumplir los 16 años caería en un sueño profundo y sólo despertaría mediante un beso de amor verdadero.
Pero en realidad, su origen tiene poco que ver con un cuento de hadas. De hecho, no es una obra para todos los públicos. El italiano Giambattista Basile hizo una recopilación de cuentos en 1634 “Lo cunto de li cunti (‘el cuento de los cuentos’), que posteriormente pasaría a llamarse “Il Pentamerone” (El Pentamerón) por su similitud con el “Decameron” de Boccaccio. Es una recopilación de cuentos contados por diez mujeres a lo largo de cinco días, y “Sol, Luna y Talía”, en el que se basa “La Belle durmiente” es el quinto cuento del quinto día. Otras de las 50 historias de la tradición oral que incluye la recopilación son son “Cenicienta” (Cenerentolla), “Petrosinella” (Rapunzel), “Pippo” (El gato con botas), y “La joven esclava” (o Blancanieves).
“Sol, Luna y Talía” fue retomada, reinterpretada y dulcificada hasta la versión que conocemos hoy en día, pero la verdadera historia de “La bella durmiente” es una narración cruda con traiciones, una violación, venganza, canibalismo… y eso sí, final feliz.
La tradición oral hablaba de la princesa Talía que, según los profetas, corría el riesgo de pincharse con una astilla envenenada oculta en una tela de lino. Por ello decidió prohibir la entrada del material en el palacio para mantener a salvo a su hija. Pero cuando llega a la adolescencia, descubre una rueca en el castillo y se pincha con una astilla, que la sume en un profundo sueño del que no logra despertar.
El rey, roto de dolor y sin capacidad para asumir su muerte se niega a enterrarla y la encierra en el palacio envuelta en terciopelo. Un día el rey de un reino cercano llega al palacio guiado por halcón y al entrar descubre a la princesa, sumida en un profundo sueño. El hombre, aprovecha la situación para satisfacer sus instintos más básicos y abusa sexualmente de la princesa, que todavía es menor de edad. Tras la violación, el noble regresa a su hogar con su mujer. Pero Talía estaba embarazada.
Nueve meses después, la princesa dio a luz a Sol y Luna, dos gemelos que sobreviven gracias a los cuidados de las hadas del bosque, que les ayudan a alimentarse con la leche de su madre. Un día, Sol confunde el dedo de su madre con una mama y al succionar extrae la astilla envenenada y la bella durmiente logra despertar.
Pasado un tiempo, el violador decidió acercarse al palacio para volver a ver a la joven y la encontró despierta en compañía de sus dos hijos. Al darse cuenta de que se trataba de su descendencia, inicia una relación con la princesa que, a pesar de haber sido violada, le perdona.
La historia original de La bella durmiente fue escrita por el italiano Giambattista Basile en el siglo XVII y no está hecha precisamente para niños, pues contiene temas muy fuertes como la violación y el canibalismo. pic.twitter.com/yIN3ULAYVC
— Maximiliano I de Mex (@maximiliano1_mx) July 31, 2020
Después de una intensa semana de amor, el hombre decide marcharse. Tenía que regresar a casa con su esposa. Durante la noche, el hombre comienza a soñar en alto y nombra a Talía y a sus hijos. La reina, al escucharle, fue invadida por la ira y elaboró un plan para vengarse de su marido. El secretario del palacio la llevó hasta Talía y la invitó a ella y a los niños a que fueran con ella a palacio.
Pero nada es lo que parecía. Lo que iba a ser una reunión amistosa, se convirtió en una pesadilla. La reina ordenó al cocinero que asesinara a los niños, que preparara un guiso con ellos y que se lo sirviera a su marido para cenar. A Talía le reservó una muerte lenta y dolorosa en la hoguera.
Durante la cena, la reina decidió regocijarse y extasiada por haber consumado la venganza le contó a su marido lo que había hecho. El hombre pasó de la incredulidad a la desesperación por haber perdido a su amada. Por ello, ordenó la ejecución de su mujer, el cocinero y del secretario real que hizo posible el encuentro.
Pero cuando antes de ser ajusticiado, el cocinero pidió clemencia y confesó que no había sido capaz de asesinar a los niños y que en su lugar había utilizado carne de cabra para elaborar el guiso. Sol y Luna estaban ocultos en su casa, donde Talía cuidaba de ellos. Para evitar que se volviera a producir un incidente similar, decidió que su esposa debía morir de la misma manera que ella había planeado la ejecución de Talía, en la hoguera.
Así, el nombre se casó con Talía y la hizo reina. Nunca se cansó de jugar con los tres, su mujer y sus hijos, que se hicieron una rueda de molino de besos. “Dio generosas recompensas al cocinero y le hizo chambelán. Se casó con Talía y ella vivió dichosa una larga vida con su marido y sus hijos”, finaliza el cuento.