a los familiares de los fallecidos en la tragedia de Las Tejerías
Parece increíble que todavía sea a los venezolanos quienes todavía nos toque llorar los muertos de una tragedia ocurrida este fin de semana pasado en Las Tejerías, del Estado Aragua, por las mismas causas que originaron el desastre de Vargas. Pero no debemos olvidar que nos encontramos aún en la “revolución” que escondió por razones políticas lo que estaba sucediendo en el litoral central de Venezuela en 1999, evidenciando su desprecio por la vida de los venezolanos.
En efecto, hasta El País de España, el 27 de diciembre de 1999 titulaba: “El Gobierno venezolano no atendió a tiempo la principal recomendación efectuada el pasado día 15, durante el desarrollo del referéndum constitucional, por la Dirección de Defensa Civil de Venezuela ante la inminencia de la peor catástrofe de su historia: declarar el estado de emergencia nacional, medida que probablemente hubiera conducido a la evacuación del litoral devastado por las peores inundaciones sufridas nunca por Venezuela” (ver Chávez desatendió un aviso de protección civil para declarar la alerta ante las inundaciones, en https://elpais.com/diario/
El entonces diputado Constituyente, Jorge Olavarría, calificó este comportamiento de “negligencia criminal”: “Chávez trata desde el primer momento de minimizar la crisis sabiendo la envergadura que tiene. La negligencia da pie para iniciar un procedimiento ante instancias internacionales” (ver artículo de El País, referenciado anteriormente), y que Olavarría reafirma en un propio artículo: “Rangel nada dijo en relación a las sarcásticas descalificaciones de descrédito profesional del Presidente en contra de la periodista Jane Bussey del Miami Herald, José de Jesús Aznárez de El País de Madrid y Joaquín Ibarz de La Vanguardia de Barcelona quienes informaron verazmente acerca de la negligencia criminal con la cual el Presidente, manejó la tragedia del litoral en sus primeros y más críticos días, ignorando las recomendaciones que le hiciera Defensa Civil de declarar el estado de emergencia, y enviar la Guardia Nacional a la zona devastada para impedir los saqueos que como consecuencia de esta negligencia se produjeron…” (ver Jorge Olavarría, El Gran Alcahuete, en https://www.angelfire.com/vt/
Sin embargo, siguiendo al parecer esa misma negligencia criminal, herencia del difunto Galáctico de 1999, la Gobernadora del Estado Aragua, Karina Carpio, fustigo el día siguiente del desastre a todo aquel que se le ocurriera pasar algún video acerca de la tragedia ocurrida: “A todas aquellas personas que están pasando, que están transmitiendo videos, imágenes dantescas de lo que pudo haber ocurrido aquí, que sabemos que efectivamente hay un daño, pero que nosotros estamos llamados a la consciencia y no con esos videos que lo que están es despertando angustia en nuestra comunidad” (ver La Patilla, Las insólitas declaraciones de la gobernadora chavista de Aragua tras la desgracia ocurrida en Las Tejerías, en https://jvlaq.gigbitz.com/
Pero como bien indica la nota publicada por La Patilla, fue precisamente por esos videos que Venezuela y el mundo se enteraron de lo que estaba pasando en Las Tejerías, alertando así al resto de esa población y al Estado Aragua en general: “Lo que, al parecer, Carpio desconoce es que fue gracias a las imágenes difundidas a través de las redes sociales por los habitantes de Las Tejerías y sus familiares, que se pudo alertar sobre la tragedia que allí ocurría la noche del sábado, mientras las autoridades guardaban silencio sobre lo que sucedía” (resaltado nuestro).
Que lamentable que en 1999 no existiera esta tecnología de transmisión de videos y fotos instantáneas en manos de todo el mundo, que hubiera podido alertar a los miles de personas afectadas para que abandonaran Vargas, cosa que era responsabilidad directa del gobierno de Chávez. De haber sido así, tal vez no hubieran sido miles los muertos ocurridos en Vargas en 1999, producto de la negligencia criminal de Hugo Chávez Frías, y que imagino debe haber estado en su columna de atrocidades pendientes por cancelar, al presentarse ante el Creador.
Como verán ustedes, este patrón de comportamiento criminal lo tiene el régimen metido hasta los tuétanos y en su ADN desde su fundación, en los seguidores fanáticos de esta locura rojo-rojita, como la actual Gobernadora del Estado Aragua. Esconder las desgracias y minimizarlas es la conducta permanente, como si ya no fuera una calamidad lo que se está viviendo en Venezuela por su sola presencia en el poder.
Pero esto no es lo peor. Lo más grave es que no hayan aprendido NADA de las tragedias que han sucedido antes con los deslaves, como en Vargas en 1999, y de las múltiples recomendaciones escritas en informes y estudios, y presentadas por comisiones que se establecieron para saber qué fue lo que pasó allí para que esto no se repitiera en ningún lugar de Venezuela.
Como recordarán aquellos venezolanos que aún tenemos memoria de las desgracias del castro-chavismo-madurismo, en el año 2000 fue creada la Autoridad Única de Área del Estado Vargas (AUAEV) para posibilitar los estudios necesarios para “atender este tipo de catástrofes y proteger a la población”. Así lo hace saber Carlos Genatios, a cuya cabeza como Coordinador de esa Autoridad, designó Hugo Chávez para presentar soluciones.
Carlos Genatios, afirmo en un informe presentado ante la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat en mayo de 2010 que: “La AUAEV no tenía ni la potestad, ni los recursos financieros, ni la capacidad de construir, y debía limitarse a hacer estudios y proyectos. Como coordinador de la AUAEV nunca tuve en mis manos ningún tipo de recurso proveniente de la ayuda extranjera. Repito, nunca. Sólo administré con muy estricto criterio, los recursos de presupuesto ordinario para hacer estudios” (ver Carlos Genatios, Vargas: Desastre, proyecto y realidad, en http://www.acading.org.ve/
Efectivamente, la Autoridad Única no tenía presupuesto para la ejecución de las obras necesarias y recomendadas por ella para evitar que una tragedia como esa volviera a suceder, pero el Ejecutivo Nacional sí lo tenía, a través de una entidad creada para tales efectos, denominada CORPOVARGAS. Genatios afirma allí años después (2003): “Esta semana recorrí una vez más cuencas y zonas afectadas del litoral. Por la brevedad de este espacio, sólo me referiré a las obras de control de torrentes. Pude observar variaciones importantes en los diseños iniciales hechos por la AUAEV. Obras de concreto reforzado con acero, han sido suplantadas por otras de gaviones. En algunas situaciones esto no aumenta el riesgo de la población, pero en varias sí. Es decir, el cambio de criterio seguido por CORPOVARGAS implica ahora un riesgo mayor para los habitantes de los conos de deyección” (Anexo al Informe presentado a la Academia de Ingeniería y Hábitat, Pág. 155).
Del Informe de Genatios se deduce que Vargas aún está en peligro, así como sigue en peligro la vida del resto de los venezolanos de continuar la manera actual de administrar los recursos que son de todos los venezolanos. CORPOVARGAS, como muchísimas otras entidades del régimen, desaparecieron con los reales de los venezolanos y el grave riesgo para la población aún sigue intacto.
Los expertos que han trabajado en el tema de Vargas, como el caso de Carlos Genatios, han planteado soluciones que ya existen en el mundo a este tipo de problema recurrente en nuestro país. La tragedia de El Limón (1987), Vargas (1999), Las Tejerías ahora en el 2022, dan cuenta que los gobiernos no han tomado en serio ni les ha importado la aplicación de los recursos a los riesgos potenciales de desastres en los Estados.
Una importante propuesta la presentó el Dr. José Luis López, en su Trabajo de Incorporación como Individuo de Número en la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat (ver José Luis López, Ph.D, Aprendiendo del desastre de Vargas, Una visión crítica y constructiva sobre las medidas adoptadas para la mitigación del riesgo de aludes potenciales, Mayo 2020, en http://www.acading.org.ve/
Allí el Dr. López indica la existencia de Sistemas de Monitoreo y Alerta Temprana: “Las medidas estructurales (presa y canalizaciones) (que fue la solución que planteó Carlos Genatios en Vargas) solo pueden mitigar una parte del riesgo ya que la seguridad total no existe. Ellas nos protegen contra un evento de un determinado período de retorno (usualmente 100 años), pero no nos protegen para eventos más grandes o menos frecuentes. Esta protección disminuye también cuando las presas se sedimentan o deterioran. Por esa razón es que deben tomarse otras medidas, que denominamos de tipo no estructural, para reducir el riesgo residual. Los sistemas de monitoreo y alerta temprana constituyen un instrumento fundamental de las medidas no-estructurales, que permiten avisar anticipadamente a la población de la ocurrencia de un alud torrencial de forma que se puedan tomar las medidas de preparación y/o evacuación correspondientes” (Pág. 201). (resaltado nuestro).
Por lo pronto, haría bien el régimen –si no les resulta demasiado que además de tomar videos y fotos de lo que sucede, exijamos por la vida de los ciudadanos a los que tienen la obligación de proteger- instalar en cada zona de riesgo del país, como Las Tejerías, un sistema de medición permanente como el descrito por el Dr. López en su disertación, si es que se van a llevar los reales de las soluciones estructurales, para que al menos se puedan evacuar y salvar la vida de las personas antes de una tragedia.
El Dr. López indica en su estudio: “La conclusión de este análisis es que si hubiésemos tenido esta herramienta disponible para el año 1999, se pudieran haber salvado muchas vidas, ya que para el día 15 el punto correspondiente en el gráfico estaba tan adentro de la zona crítica que ha debido generar niveles máximos de alerta incluyendo la evacuación de la población antes de la ocurrencia del desastre el día 16/12”. Estamos en el 2022 y aún no tenemos ninguna, ni en Vargas – tragedia sucedida hace más de 20 años- ni en ningún otro lugar de Venezuela.
Todo anterior nos indica que han existido las soluciones técnicas, e invariablemente también el dinero, en todas las épocas, pero eso no ha bastado para salvarle la vida a la gente expuesta a los deslaves. La solución definitiva vendrá cuando los ciudadanos de cada Estado decidan, a través de sus representantes legítimamente electos, que los recursos no los administre ni los disponga el Presidente y sus Ministros, sino la propia Entidad Federal Estadal y Municipal, que es la doliente final de todas las tragedias de los ciudadanos, en una Asamblea Nacional Constituyente Originaria. El resto será, y hasta que eso no ocurra, la crónica de una negligencia criminal anunciada…
Caracas, 11 de Octubre de 2022
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