Unas treinta afganas manifestaron el martes frente a una universidad de Kabul contra la expulsión de estudiantes mujeres de una residencia universitaria.
“Estamos manifestando hoy por las chicas que fueron expulsadas”, dijo a AFP la organizadora de la protesta, Zholia Parsi.
Las manifestantes reclamaron también la reapertura de las escuelas secundarias para niñas, cerradas desde que los talibanes regresaron al poder el año pasado.
El ministerio de Enseñanza Universitaria dijo el lunes que estudiantes fueron expulsadas de la residencia por supuestamente haber violado las reglas del establecimiento, pero no dijo cuántas.
“No nos expulsen. La enseñanza es nuestra línea roja”, gritaban las manifestantes frente a la universidad.
Este tipo de manifestaciones esporádicas de mujeres contra las severas restricciones impuestas por el nuevo gobierno islamista son por lo general dispersadas rápidamente, a veces de forma brutal, y cada vez es más difícil para los periodistas cubrirlas.
Bajo la presión de la comunidad internacional, los dirigentes talibanes aseguran que el cierre de las escuelas secundarias es temporal.
El líder supremo talibán Hibatullah Akhundzada sustituyó el lunes al ministro de Educación Superior por un clérigo, Neda Mohammad Nadeem, según un comunicado del gobierno.
Este último, anteriormente gobernador de la provincia de Kabul, ocupó durante años altas responsabilidades en el aparato talibán. Fue el jefe de inteligencia para el este de Afganistán.
Se desconoce su opinión sobre la enseñanza de las niñas, y las razones de la salida de su predecesor, Abdul Baqi Haqqani, siguen sin estar claras.
“Se le consideró digno de confianza para un puesto clave dada su proximidad al líder supremo y sus logros”, dijo a AFP, bajo condición de anonimato, un funcionario talibán que trabajó estrechamente con el nuevo ministro.
Es la segunda remodelación en el sector de la enseñanza en un mes, tras el nombramiento en septiembre de un nuevo ministro de Educación, responsable de la enseñanza primaria y secundaria.
AFP