El general ruso Serguéi Surovikin, comandante de la “operación militar especial” en Ucrania, admitió este martes las dificultades que afronta el Ejército ruso en la región sureña de Jersón, limítrofe con la anexionada península de Crimea, debido a la contraofensiva ucraniana.
“En esa dirección la situación es complicada. El enemigo lanza intencionadamente ataques contra la infraestructura y los edificios de viviendas en Jersón”, dijo Surovikin a medios rusos.
Recordó que los misiles lanzados por los sistemas múltiples Himars de fabricación estadounidense han dañado el estratégico puente Antonovski y la presa de la central hidroelétrica Kajobski.
Surovikin aseguró que el Ejército ucraniano prepara ataques masivos contra la capital regional, que amenazan con destruir la infraestructura industrial y causar grandes víctimas entre su población.
Hace mucho tiempo que la OTAN exige a Kiev “operaciones ofensivas en Jersón sin escatimar las víctimas, sean en el Ejército ucraniano o entre los civiles”, lamentó.
El general resaltó que el Ejército ucraniano intenta “romper las defensas” rusas para lo que despliega todas sus reservas, en su mayoría efectivos de las unidades de defensa territorial sin apenas preparación militar.
“Prácticamente, las autoridades ucranianas les condenan a muerte”, dijo y cifró en 600-1000 los combatientes que mueren o resultan heridos diariamente.
Al respecto, aseguró que el Ejército se encargará de garantizar la evacuación segura de la población civil en Jersón, región controlada parcialmente por Moscú.
“A la ciudad es difícil traer alimentos y existen determinados problemas con el suministro de agua y electricidad. Todo esto no solo dificulta la vida cotidiana de sus habitantes, sino que crea una amenaza directa para sus vidas”, subrayó.
Parafraseó al presidente, Vladímir Putin, al asegurar que Moscú no busca avanzar con celeridad, ya que prefiere minimizar las pérdidas en sus filas y también reducir las bajas entre los civiles.
En cuanto a la situación en todo el campo de batalla, la caracterizó como “tensa” y resaltó que Rusia intenta ampliar los efectivos de las unidades militares y el número de reservistas a lo largo del frente.
Surovikin alabó en particular los misiles hipersónicos Kinzhal y los caza de quinta generación Su-57 a la hora de lanzar ataques de alta precisión contra centros de mando e infraestructuras civiles, bombardeos destinados a reducir el potencial de combate del Ejército ucraniano.
Con experiencia de combate en Afganistán y Siria, este general fue elegido por Putin después de varios fiascos que llevaron al Ejército ruso a retirarse desde finales de agosto de territorios en Járkov, el Donbás y el sur de Ucrania.
Varias decenas de personas han muerto en los últimos diez días en los ataques masivos rusos con misiles y drones suicidas contra las principales ciudades de Ucrania, que han dañado el 30 % del potencia energético del país.
Mientras, 14 personas murieron al estrellarse el lunes un cazabombardero, que se dirigía a Ucrania, contra un patio de un edificio de viviendas a orillas del mar de Azov.
EFE