Horas antes de que el huracán Ian diezmara un pequeño puerto deportivo de Fort Myers Beach, en la costa oeste de Florida, la hija de James “Denny” Hurst le envió un mensaje en el que plasmó su pánico.
“Se ha desplazado hacia el sur”, escribió Shannon Vaughan tras ver las previsiones meteorológicas en las noticias. “Por favor, si puedes, sal de ese barco”, le pidió. “No estoy ni puedo dejar mi barco ahora”, respondió Hurst, que utiliza un andador y lleva una botella de oxígeno portátil.
El anciano, de 72 años, no se movió. Las llamadas y mensajes de Vaughan a su padre desde entonces no han tenido respuesta.
“Tengo ataques de pánico. Lloro mucho. Estoy enfadada, dijo Vaughan. “El no saber me está matando”.
Más de tres semanas después de que Ian arrasara con parte del sur de Florida, Hurst es una de las al menos cinco personas que siguen desaparecidas en todo el estado, según el recuento de las autoridades.
Al menos 135 personas fallecieron por el paso del huracán, de acuerdo con cifras confirmadas por NBC News, y sus familias ya han comenzado a celebrar sus funerales.
Pero los familiares y amigos de los que siguen desaparecidos están atrapados en un limbo: no pueden llorar una pérdida que no ha sido confirmada, y cada vez dudan más de que vayan a volver a ver a sus seres queridos.
Lea más en Noticias Telemundo