Dinamita, perdigones, polvo radiactivo: así son las entrañas de una “bomba sucia”

Dinamita, perdigones, polvo radiactivo: así son las entrañas de una “bomba sucia”

Así es una bomba sucia Carlos Gámez

 

El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, transmitió este domingo a sus homólogos francés y turco la preocupación de Moscú por posibles provocaciones de Ucrania con una “bomba sucia”, un artefacto que incluye elementos radiactivos.

Por 20minutos.es





La agencia oficial RIA Nóvosti aseguró que según “fuentes creíbles en varios países, incluido Ucrania”, Kiev estaría preparando una provocación con una “bomba sucia” en su propio territorio para culpar a Rusia de utilizar armas de destrucción masiva y generar una dura respuesta de Occidente.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, pidió por la noche que “el mundo reaccione de la manera más dura posible” ante las “historias sobre la llamada bomba nuclear ‘sucia'”. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha rechazado como “transparentemente falsa” la acusación rusa.

En cualquier caso, ¿qué es una bomba sucia? El nombre comunmente utilizado para referirse a ella no ayuda mucho porque la describe mal. De entrada, estamos hablando de un arma radiológica.

Un arma radiológica pero no nuclear

Tiene como principal elemento explosivos comunes, como la dinamita o perdigones, pero incluye también polvo radioactivo. Su nombre técnico es RDD, por sus siglas en inglés, que equivale a dispositivo de dispersión radiológica.

Sus expertos aseguran que la exposición a los materiales radioactivos “probablemente” no supondrían un riesgo de enfermedad grave, a excepción de aquellas personas que estén “muy cerca” de la explosión. Pero una RDD no es un arma de destrucción masiva (no causaría una gran cantidad de muertes).

Un documento del Departamento de Estado de Trabajo de EE UU, coincide en que estas armas pueden matar a algunas personas en la zona inmediata de la explosión. Sin embargo, se utilizan “para producir daños psicológicos más que físicos, induciendo el pánico y el terror en la población objetivo”. Además, recuerdan que su uso también daría lugar a una costosa limpieza para la descontaminación.

De la guerra Irán-Irak a Chechenia

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) concluyó hace dos décadas que “el impacto más grave” de un arma radiológica sería el pánico que provocaría la detonación, equiparable en sus efectos a “un acto de terrorismo“, explica Juan Martín Cañizares Martín, en su tesis para la Universidad Politécnica de Valencia, en la que imagina las consecuencias de un ataque con bomba sucia sobre la capital del Turia.

En las últimas décadas, el principal temor de los expertos es que los grupos terroristas puedan utilizar este tipo de armas, porque, además, es un arma relativamente barata de fabricar. Y ya ha ocurrido. Fue en Chechenia, en 1995. Rebeldes chechenos colocaron una bomba sucia en un parque de Moscú, compuesta por unos 5 kilos de explosivo y una fuente de Cesio-137. Fue una amenaza, una demostración de fuerza y un aviso de los grupos terroristas.

Antes se utilizaron en una guerra, la de Irán-Irak (1980-1988). Según informes de la ONU, ante la imposibilidad de obtener armas atómicas, el régimen iraquí se inclinó por la fabricación más barata y sencilla de bombas sucias. Aunque sus militares la desestimaron por su baja letalidad, se cree que se adaptó un centenar de bombas como “sucias”.

¿Es factible que Ucrania tenga una?

Ya hemos visto que hacer una bomba sucia, una RDD, es fácil y barato. Otra cosa es que merezca la pena dada su baja letalidad. Sin embargo, medios rusos confirman las tesis de Kremlin y aseguran que Ucrania las está fabricando.

Es más, apuntan que el proceso está en su fase final. Según estas informaciones, el gobierno de Zelenski habría encomendado el trabajo a científicos del Instituto de Investigación Nuclear de Kiev. Estarían utilizando el uranio de las minas de Zhovti Vody, en la región de Dnepropetrovsk.

Efectos sobre la salud y recomendaciones médicas

El comportamiento de una bomba sucia es complejo, pudiendo afectar a una zona amplia si el material radiactivo se convirtiera en un polvo suficientemente fino como para ser transportado por el viento (aerosol), o a una pequeña zona si el polvo no fuera suficientemente fino o las condiciones atmosféricas fueran desfavorables (lavado por la lluvia), detalla Cañizares Martín.

Dependiendo de la cantidad de explosivo, de la cantidad de material radiactivo, de la forma física y química del mismo y de las condiciones meteorológicas y orográficas-urbanas la dispersión del material radiactivo puede variar de manera muy importante.

Del mismo, explica la tesis, los efectos de las radiaciones sobre las personas pueden ser muy diferentes, ya que una concentración alta de material radiactivo hace que el peligro sea mayor, pero una concentración baja daría como resultado un número mayor de personas afectadas pero con un peligro menor (mayor zona de dispersión).

Como su polvo puede ser inhalado, los CDC recomiendan permanecer en lugar cerrado o, en caso de estar en el exterior, cubrirse nariz y boca con algún tipo de prenda. También desaconsejan tocar objetos que puedan estar contaminados.

En cambio el consumo de yoduro de potasio (recomendable en el caso de contaminación radioactiva tras el accidente en una central nuclear) no lo consideran prioritario en el caso de las bombas sucias. Al no conocer la composición del artefacto, puede ser contraproducente.