Crisis en Ucrania y China cortan la recuperación del mercado laboral global

Crisis en Ucrania y China cortan la recuperación del mercado laboral global

Imagen ilustrativa de una mujer ucraniana en Kiev – Créditos: @Emilio Morenatti

 

 

 





 

El mercado laboral mundial, que ha vivido una profunda crisis en los dos anteriores años de pandemia pero se había recuperado paulatinamente, ha vuelto a empeorar a consecuencia de factores como la guerra en Ucrania o los confinamientos en China, concluye hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En el peor momento de la pandemia (segundo trimestre de 2020) la OIT calculó que se había perdido el equivalente a 531 millones de empleos; a principios de 2022 se había bajado a 30 millones, la cifra más cercana a la situación precrisis, pero se ha vuelto a subir a 51 millones en el segundo trimestre y a 40 millones en el tercero.

Sólo una región, América, ha regresado a las cifras de 2019, y en el tercer trimestre de 2022 ya tiene 2,1 millones de empleos más que en la situación previa a la pandemia, mientras que Asia aún tiene un déficit de 26,8 millones de puestos de trabajo, Europa de 6,5 millones, África de 8,3 millones y los países árabes de 900.000.

Según el informe, los dos principales factores del empeoramiento en 2022 han sido las políticas de “cero covid” en China, con efectos adversos en la segunda economía mundial, y la guerra en Ucrania, que ha alterado los precios de la energía y los alimentos, produciendo una inflación que también impacta en el mundo laboral.

PEORES EXPECTATIVAS

Las perspectivas para el mercado de trabajo mundial han empeorado en los últimos meses, y de mantenerse la evolución actual se espera “una gran disminución del nivel de empleo a escala global para el cuarto trimestre de 2022”, vaticina el informe.

El estudio, presentado en una rueda de prensa por el director general de la OIT Gilbert Houngbo, concluye que existen ya indicios de una “profunda desaceleración” en el mercado de trabajo que contribuirá a aumentar la desigualdad entre países desarrollados y economías en desarrollo.

Para hacer frente a estos desafíos, Houngbo propuso políticas a escala nacional e internacional que incluyan entre otras medidas “intervenciones en el precio de los bienes públicos, reorientaciones de los beneficios extraordinarios, y un fortalecimiento de la seguridad en materia de ingresos mediante protección social”.

La OIT también alertó sobre el aumento del empleo informal en muchas economías tras la pandemia, hasta el punto de que en 2022 éste crecerá al mismo ritmo que el formal, lo que pone en riesgo la tendencia a la formalización del mercado laboral global observada en los últimos 15 años.

Esta mayor informalidad, destacó Houngbo, se advierte especialmente en Latinoamérica, con altas tasas de este tipo de empleo que oscilan entre el 50 y el 80 % según los países.

La elevada inflación, las restricciones en materia de política monetaria, el aumento de la carga de la deuda y la disminución de la confianza de los consumidores contribuyen a que las perspectivas a corto y medio plazo para el mercado de trabajo global sean “muy inciertas”, advierte la organización con sede en Ginebra.

DESTRUCCIÓN MASIVA DE EMPLEO EN UCRANIA

El décimo informe periódico de la OIT incluye en esta ocasión un apartado especial sobre Ucrania, país donde calcula que la guerra ha supuesto una pérdida de 2,4 millones de puestos de trabajo, o una caída del 15,5 % de la masa laboral con respecto a antes de la invasión rusa.

La cifra es sin embargo menor a las previsiones de hace medio año, cuando la OIT temía que la pérdida fuera de hasta 4,8 millones de empleos, ya que se han reducido las regiones ucranianas ocupadas o bajo intensas hostilidades.

Un 10,4 % de la mano de obra que existía en Ucrania (1,6 millones de personas) está refugiada en otros países, siendo en su mayor parte mujeres que se dedicaban a los sectores de la educación, la sanidad y la asistencia social, señala el informe, subrayando que sólo un 28 % de estos refugiados han logrado empleo en los países de acogida.

La OIT afirma que los efectos del conflicto podrían afectar a los mercados de trabajo de naciones limítrofes, lo que podría dar lugar a “una desestabilización política y del mercado laboral en esos países”.

EFE