La ciencia se ha servido desde hace mucho tiempo de los animales para llevar a cabo experimentos científicos. Dos de los casos más recordados son los de la perra Laika y la oveja Dolly, pero quizás ninguno alcanza la magnitud de lo vivido por un elefante asiático de tres toneladas llamado Tusko. Esta es la triste historia del día en que un médico administró una dosis mortal de LSD a esta criatura.
Por: Muy interesante
Fue el doctor Louis Jolyon “Jolly” West y dos colegas quienes el 3 de agosto de 1962, en la Universidad de Oklahoma, tuvieron la idea de probar los efectos del LSD (dietilamida del ácido lisérgico) sobre el animal.
La intención declarada de West era comprobar si el LSD, que aún no había salido a la calle como droga recreativa, podía inducir en Tusko una condición llamada musth.
El musth es un periodo de mayor producción de testosterona y de gran agresividad, que se produce de forma natural en todos los elefantes macho. No se sabe a ciencia cierta por qué West se interesó en ello, aunque se le ha relacionado repetidamente con el programa MK Ultra de la CIA, que realizó experimentos con LSD en sujetos involuntarios desde 1953.
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