A principios de octubre, Donald Trump recibió a un puñado de aliados republicanos en su torre de Manhattan para darles un mensaje urgente: nos van a querer robar las elecciones de medio término y tenemos que enfrentarlos para detener esto. Especialmente en Pensilvania y Georgia. Trump quedó obsesionado con esos dos estados desde las presidenciales de 2020 porque cree que fue allí donde los demócratas “manipularon” los resultados y le “robaron” la reelección.
GUSTAVO SIERRA // INFOBAE
A la reunión asistieron ex funcionarios suyos como el cercano Michael Caputo, varios abogados de los bufetes más caros del planeta y hasta el agente de la CIA Sam Faddis, que armó un equipo de inteligencia para monitorear el proceso. Muchos otros “halcones” se fueron sumando y hoy hay decenas de equipos de abogados y espías trabajando en al menos diez estados para asegurarse de que sus candidatos ganen por las buenas o por las malas.
Para enfrentarlos, además de abogados, los demócratas sacaron a la cancha a la que sigue siendo su figura más convocante, el ex presidente Barack Obama. Se pasó la semana de gira por los estados en que los candidatos de su partido están más comprometidos. Y repitió que “no hay lugar para la intimidación de los votantes o la violencia política en Estados Unidos, ya sea dirigida a los demócratas o a los republicanos… No hay lugar, y punto”. El presidente Joe Biden lo apuntaló durante sus propias apariciones. “No puedes amar a tu país sólo cuando ganas”, dijo Biden en su discurso en la Unión Station de Washington, advirtiendo que los candidatos que se niegan a aceptar los resultados del próximo martes podrían poner a la nación en un “camino hacia el caos”.
Y es que el martes 8 se dirime el control del Congreso y algunas gobernaciones claves. Están en juego las 435 bancas de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado (35 de 100) y las gobernaciones de 36 estados, en los cuales hay cinco -Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Georgia y Arizona- muy disputados y que en las últimas elecciones pasaron de manos republicanas a las demócratas. Es en estos estados donde Trump y sus seguidores de MAGA (Make America Great Again) donde pusieron el foco. También donde Obama salió a enfrentarlos.
Los republicanos trumpistas se preparan para una agresiva campaña a través de los medios y las redes en todos los escenarios en los que la votación sea disputada y en la noche electoral sea difícil declarar un claro ganador. Hacer lo que hizo el propio Trump cuando el resultado de las presidenciales del 2020 estaba aún muy lejos de estar definido: “Francamente, hemos ganado estas elecciones”, dijo ante la prensa global y todos sus seguidores le creyeron.
En Pensilvania, Trump apoya a Mehmet Oz como candidato al Senado y este sábado va a estar en un acto de su campaña en la ciudad de Latrobe. Una jugada arriesgada para Oz que en los últimos días intentó despegarse de las acusaciones de fraude de Trump. Puede ser un punto para los demócratas que vienen tratando de convertir la batalla por el Senado en un referéndum sobre Trump. Oz quiso proyectar una imagen moderada en su carrera contra el vicegobernador demócrata John Fetterman, pero también estará en el escenario el candidato a gobernador Doug Mastriano que es un ferviente trumpista. En esta contienda por la senaduría, Trump ve un posible ensayo para una elección peleada con él como candidato presidencial en 2024.
Trump ganó Pensilvania en 2016 y luego la perdió frente a Biden en 2020 por más de 80.000 votos, y si los dos candidatos se vuelven a enfrentar en 2024, bien podría ser el estado que determine quién será al próximo presidente.
Biden y Obama estarán también este sábado en actos en Pensilvania. El presidente ya visitó ese estado nueve veces en lo que va del año. Entienden que es ahí donde se dirime una de las contiendas trascendentales para ver quién domina el Senado y cómo se van a constituir las fuerzas en Washington en los próximos dos años. Por ahora, las encuestas marcan un empate entre Oz y Fetterman. Lo de la gobernación parecería estar del lado demócrata. Mientras ya votaron varios millones de personas en Filadelfia y las grandes comunidades del estado y se espera para el martes una concurrencia récord.
Obama no sólo asiste a los actos, sino que grabó en los últimos días más de veinte publicidades televisivas para los demócratas y los comités de campaña del partido, y se anuncian varias más para estos tres días que faltan. “Esta va a ser una carrera muy reñida y no podemos permitirnos el lujo de equivocarnos”, dijo Obama en un anuncio para apoyar a Cheri Beasley, la candidata demócrata al Senado en Carolina del Norte. Obama estuvo el viernes pasado en Atlanta donde tuvo una convocatoria excepcional. La representante demócrata Nikema Williams, que también es presidenta del Partido Demócrata de Georgia, dijo que el ex presidente “tiene una capacidad única para motivar y defender a los demócratas. Mucha gente aquí lo llama su presidente de siempre”.
Georgia fue clave en 2020, Joe Biden ganó los votos electorales que le aseguraron la presidencia y los demócratas Jon Ossoff y Raphael Warnock ganaron las dos elecciones al Senado y aseguraron la mayoría en el Legislativo a los demócratas. El 8 de noviembre, Raphael Warbnok se enfrenta al exjugador de fútbol americano Herschel Walker, pupilo de Donald Trump. La elección sigue reñida, pero Walker, que se declara “pro-vida” y defiende los valores conservadores, fue acusado en los últimos días por dos mujeres de forzarlas a abortar tras dejarlas embarazadas. La elección por la gobernación entre la candidata demócrata Stacy Abrams y el gobernador actual Brian Kemp es otra carrera muy observada, teniendo en cuenta el peso mediático de Abrams, quien no reconoció los resultados de la elección pasada al perder por 55.000 votos. De ganar esta vez, Stacy Abrams sería la primera mujer afroamericana en la historia de Estados Unidos en ser gobernadora de un estado.
En Georgia se teme que el trumpismo vaya a judicializar la votación a la gobernación para detener a Abrams de cualquier manera. Y eso es lo mismo que está sucediendo en todos los estados disputados. Más de 100 candidatos a las elecciones de medio término están vinculados con organizaciones extremistas en Estados Unidos, según Anti-Defamination League’s Center on Extremism. Y un estudio del Washington Post mostró que 200 candidatos republicanos creen fervientemente que a Trump le robaron las elecciones hace dos años y que ellos también ahora van a ser víctimas del fraude. El Comité de Investigación del Congreso y las matemáticas probaron que todo esto es mentira. Biden ganó las elecciones en forma legítima y sin ninguna duda.
“Tenemos nuestras diferencias de opinión y eso es lo que se supone, pero hay algo más en juego: la propia democracia. No soy el único que lo ve. Recientes encuestas han demostrado que una abrumadora mayoría de los estadounidenses cree que nuestra democracia está en riesgo que nuestra democracia está bajo amenaza”, advirtió Biden en un significativo discurso desde Washington. Y arremetió con el preámbulo de la Constitución y la situación electoral: “Nosotros, el pueblo, debemos decidir si tendremos elecciones justas y libres y si cada voto cuenta. Nosotros, el pueblo, debemos decidir si vamos a sostener una república, donde se acepte la realidad, la ley se cumple y tu voto es realmente sagrado. Nosotros, el pueblo, debemos decidir si el Estado de Derecho prevalece o si se permite a las fuerzas oscuras con sed de poder que se pongan por delante de los principios que nos han guiado durante mucho tiempo”.
El aliado estrecho de Trump y líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, salió a contestar por Twitter: “El presidente Biden está desesperado por cambiar el tema de la inflación, el crimen y las fronteras abiertas. Ahora afirma que la democracia solo funciona si gana su partido. Qué tontería. Los estadounidenses no se lo creen. Pregúntense cómo han afectado los dos últimos años a su familia, y luego salgan a votar”.
En el medio surgió un dato muy preocupante, la policía del estado de Wisconsin representada por la llamada Orden Fraternal dio su apoyo absoluto a los 13 candidatos republicanos del estado. No es algo excepcional, desde hace décadas la policía expresa sus preferencias en algunos estados sobre candidatos que podrían ser “más firmes defensores de la aplicación de la ley”. Pero en general son apartidistas y equilibradas. Los policías de Wisconsin ahora creen que sólo los republicanos serán firmes en temas de seguridad y hasta apoyan a varios candidatos que vivaron el ataque al Capitolio el 6 de enero de 2020 a pesar de que allí fue asesinado un oficial de la policía y varios otros fueron heridos.
En este clima de confrontación y enfrentamientos es que se realizan estas elecciones que están marcadas más por el pasado que por lo que viene, con un ex presidente retirado, un multimillonario que quiere regresar a toda costa y un presidente de 79 años de baja aprobación como principales figuras de la campaña.