Desarrollan auricular de realidad virtual que destruirá el cerebro del usuario si pierde la partida

Desarrollan auricular de realidad virtual que destruirá el cerebro del usuario si pierde la partida

NerveGear “destruye el cerebro” del usuario al morir en un juego virtual, gracias a tres terroríficos “módulos de carga explosiva” que apuntan al cráneo del usuario.

 

 

El fundador de la plataforma Oculus, filial de Meta, podría tener problemas para encontrar voluntarios que prueben su última creación: un auricular de realidad virtual (RV) que, según él, puede matarte.





Por Daily Mail

NerveGear, creado por el fundador de Oculus, Palmer Luckey, de 30 años, “destruye el cerebro” del usuario al morir en un juego virtual.

Parece un casco normal, aparte de los tres aterradores “módulos de carga explosiva” que apuntan al cráneo del usuario.

Cuando el usuario muere virtualmente durante el juego, los módulos se disparan a su cabeza, matándolo al mismo tiempo de forma instantánea.

Luckey admitió que el dispositivo no está del todo terminado, y es probable que tenga problemas para conseguir autorización para usarlo incluso cuando lo esté.

Palmer Luckey, en la foto de noviembre de 2018, vendió su firma Oculus a Meta, la empresa de Mark Zuckerberg, por 3.000 millones de dólares en 2014 a la edad de 21 años.

 

Luckey, que vendió su empresa Oculus a Meta por 3.000 millones de dólares en 2014, a la edad de 21 años, describió el “increíble” dispositivo en una entrada de su blog.

“La idea de vincular tu vida real a tu avatar virtual siempre me ha fascinado: elevas instantáneamente la apuesta al máximo nivel y obligas a la gente a replantearse fundamentalmente cómo interactúan con el mundo virtual y los jugadores que hay en él”, afirma.

“Los gráficos exagerados pueden hacer que un juego parezca más real, pero sólo la amenaza de consecuencias graves puede hacer que un juego sea real para ti y para todas las personas que participan en él. Se trata de un área de la mecánica de los videojuegos que nunca se ha explorado, a pesar de la larga historia de los deportes del mundo real que giran en torno a apuestas similares”, agrega.

El dispositivo se inspira en Sword Art Online, una serie de anime japonés que incluye un juego de realidad virtual del mismo nombre, al que se puede acceder con un casco llamado NerveGear, que estimula los cinco sentidos del usuario a través de su cerebro.

En la serie animada, los jugadores pueden experimentar y controlar a sus personajes en el juego con sus mentes mientras llevan puesto el NerveGear. Pero cuando 10.000 jugadores se conectan al juego en línea por primera vez, descubren que no pueden cerrar la sesión, y que quitarse el casco sería fatal.

“Los jugadores estaban atrapados por un científico loco dentro de un juego de muerte del que sólo podían escapar si lo completaban”, explica Luckey.

El dispositivo está inspirado en Sword Art Online, una serie de anime con un juego de realidad virtual del mismo nombre, al que se puede acceder con un casco llamado NerveGear, que estimula los cinco sentidos del usuario a través de su cerebro.

 

En el juego, el NerveGear contenía un emisor de microondas que podía sobrecargarse hasta niveles letales, pero Luckey ha utilizado una alternativa: módulos de carga explosiva. Estos están vinculados a un sensor que puede detectar la luz, incluso cuando la pantalla parpadea en rojo a una frecuencia específica para indicar la muerte virtual. “Cuando aparece una pantalla de fin de juego adecuada, las cargas se disparan, destruyendo instantáneamente el cerebro del usuario”, afirma Luckey.

Luckey, que tiene un patrimonio neto estimado en 1.400 millones de dólares, afirma que el dispositivo aún está en desarrollo, ya que hasta ahora “sólo he descubierto la mitad que te mata”.

Luckey también calificó a NerveGear como “una pieza de arte de oficina” y un “recordatorio que invita a la reflexión sobre las vías inexploradas en el diseño de juegos”.

Luckey, aficionado a los videojuegos y ahora propietario del contratista de defensa Anduril Industries, empezó con Oculus cuando tenía sólo 15 años, trabajando en prototipos en el garaje de sus padres.