Sam Bankman-Fried está en el centro de la escena cripto. No es algo nuevo para él, a sus 30 años su carrera meteórica que lo llevó a ser uno de los principales magnates del novedoso universo organizado detrás de la tecnología blockchain lo tuvo varias veces como chico de tapa, como por ejemplo por su adhesión al “altruismo efectivo” que lo lleva a donar el 99% de sus ganancias. Pero lo que sí es nuevo es que, esta vez, los reflectores le apuntan no para celebrarlo sino para saber qué va a pasar con FTX, el exchange de criptomonedas cuya solvencia está en duda y que genera en estas horas una debacle en los precios de Bitcoin, Ether y otras criptomonedas.
Por Infobae
Bankman-Fried es hijo de un profesor de Derecho de la Universidad de Stanford y el talento que lo catapultó fue su fuerte formación en matemática. A fines de 2021 Forbes calculaba la fortuna personal de SBF en unos USD 26.500 millones, al tope del ranking de criptomillonarios. Duerme 4 horas por día y cuando está despierto hace varias tareas a la vez, habilidad que desarrolló desde chico, cuando hacía simultáneas de ajedrez y otros juegos de mesa, con temporizador, para no aburrirse.
Fundó Alameda en 2017, con apenas 25 años, tras pasar por Janet Street, un trader de Wall Street, su primer trabajo luego de graduarse en el MIT, adonde lo había llevado su reputación de genio de las matemáticas y en el que se integró a la fraternidad Epsilon-Theta, cuyos miembros jugaban a descifrar acertijos. En un campamento de matemáticas conoció a Sam Trabucco, co-CEO de Alameda. Poco después, SBF asistió a una conferencia en Asia, intrigado por el precio del Bitcoin en las bolsas asiáticas de criptomonedas, cuya diferencia con los precios en EEUU se conoce como “prima kimchi”, por una popular salsa coreana.
Al regreso, se instaló en una oficina de WeWork y llamó a su equipo a trabajar en un nuevo proyecto. “Estamos perdiendo USD 50.000 diarios por no trabajar en Hong Kong en lugar de Berkeley”, les dijo. En 2019, fundó FTX, la bolsa cripto más usada por los norteamericanos. La estableció primero en Hong Kong y en octubre 2021 la mudó a las Bahamas, aprovechando la Digital Assets and Registered Exchanges Act, muy favorable para operar en criptomonedas.
La movida a Bahamas borró 12 husos horarios de diferencia que tenía al operar desde Hong Kong con clientes de EEUU y le permitió a FTX sentar sede a una hora de vuelo de Miami, donde puso su nombre al estadio de los Miami Heats, de la NBA, la liga de básquet más famosa del mundo, pues apuesta a la masividad. En publicidad sumó también a Stephen Curry, megaestrella de los Golden State Warriors, actuales finalistas de la NBA, y Tom Brady, el quarterback más ganador de la NFL, la liga de fútbol americano, hoy en Tampa Bay Buccaneers, de Florida. FTX fue gran anunciante de la última Super Bowl y patrocina al equipo de Fórmula-1 de Mercedes Benz.
Bankman Fried detesta el desperdicio. Se maneja con pocos desarrolladores, que obliga a desafíos extremos. Su dilema es entre soportar “ineficiencias” o someter su gente al desgaste. El número de desarrolladores de FTX sorprende a ejecutivos de otras bolsas cripto, como Jerald David, que trabajó en bolsas de Nueva York, Dubai y Chicago y consideró “impresionante” que FTX se hiciera con dos desarrolladores en sus primeros seis meses, cuando para operar un exchange de su volumen hacen falta treinta.
Tener un equipo pequeño le permite decidir rápido si ve oportunidades, antes que la mayoría de los traders, lo que le ganó el apodo “Moby Dick de las Criptoballenas”, por el temible escualo de la clásiva novela de Herman Melville. Eso no le molesta, pero sí que lo hayan llamado “Zuckerberg de las criptomonedas”. A diferencia de Mark, Sam se lleva bien con los políticos y las causas cívicas: aportó a la campaña del actual presidente de EEUU, Joseph Biden, y a principios de mayo juntó en Bahamas, en un megaevento cripto, a los ya canosos Bill Clinton y Tony Blair, exlíderes de la “Tercera Vía”, que alistó con la supermodelo Gisele Bundchen (mujer de Brady, el quarterback de Tampa Bay), el actor Orlando Bloom, la cantante Katy Perry y Liam Payne, ex voz y guitarrista de One Direction. Todo por sea por la masividad.
Rostro aniñado, pelo enrulado, Bankman suele presentarse en bermudas, pero con su matemática, su prepotencia de trabajo, su lobby y su apuesta a la masividad, es un verdadero tiburón cripto que, ahora, está en problemas.
¿Qué pasó con FTX?
A lo largo de una semana de drama en las redes sociales e intranquilidad en el mercado cripto, se publicó una historia que aseguraba que el balance de la empresa hermana de FTX, Alameda Research, dependía demasiado de activos ilíquidos. Esto incluía los tokens FTT de FTX, lo que provocó la preocupación de que el balance de FTX se viera comprometido porque se estaba utilizando para mantener a Alameda. Se supone que FTX tiene más de 5 millones de usuarios que confían sus fondos al exchange. Una posible interrupción de las retiradas parecía posible pero poco probable en ese momento.
Bankman-Fried tuiteó el martes que se había llegado a un acuerdo sobre una transacción estratégica entre FTX y Binance, a la espera de la debida diligencia y otros factores. Parece que Binance está interviniendo para rescatar y adquirir FTX, con el CEO de Binance, Changpeng Zhao, explicando en Twitter que FTX había pedido a su compañía que los sacara de una importante crisis de liquidez. FTX US y Binance US, los respectivos brazos estadounidenses de la bolsa, no están involucrados (para eludir a los reguladores locales).
FTX ahora ha detenido los retiros y los mensajes en el Telegrama oficial de FTX no ha proporcionado ninguna información sobre cuando el intercambio se volverá a abrir.
El drama que rodea a FTX puede continuar. Hay preocupación por los prestamistas aún no revelados de Alameda Research, que ahora podrían tener que lidiar con otra empresa de comercio de criptomonedas que se hunda y no pueda pagar sus deudas.
Datos del mercad muestran qu hace 40 días 173 millones de tokens FTT por valor de más de USD 4.000 millones se activaron en la cadena. Las investigaciones indican que la actividad fue probablemente realizada por FTX para ayudar a cubrir las pérdidas de Alameda. El rescate de Alameda, de haber ocurrido, probablemente haya hecho mella en el balance de FTX, que podría haber sido salvable si el precio del FTT no se desplomara.