Increíble, es de tal calibre la inmigración venezolana en Guyana que ha merecido un artículo de Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Inmigración_venezolana_en_Guyana). Fundamentalmente peatonal, fuentes diversas reseñan un importante incremento de compararlo con los antiguos esequibanos de nacionalidad guyanesa que infructuosamente reclamaron por muchos años la venezolana.
De acuerdo al embajador madurista en Georgetown, quien dijo sentirse literalmente feliz porque el vecino país ha permitido la entrada de nuestros coterráneos, ha versado sobre un posible acuerdo bilateral con la finalidad de legalizar la situación laboral de más de 22 mil de los nuestros (https://www.swissinfo.ch/spa/guyana-venezuela_guyana-y-venezuela-discuten-legalizar-trabajar-a-22.000-migrantes-venezolanos/47938434). Obviamente, el vocero diplomático de la usurpación ha de evadir las difíciles circunstancias que comprometen a Venezuela política y moralmente, al mismo tiempo que reclama el territorio esequibano.
La emigración venezolana hacia el este, ha sido una de las difíciles y tristes de todas, los últimos años. Así de duras e insuperables han sido las condiciones de vida, que los nuestros han llegado hasta la capital del vecino país, algunas veces, para protagonizar un drama que los activistas agrupados en Mi Mapa Incluye Nuestro Esequibo, han denunciado oportunamente, haciéndose inmediatamente eco el suscrito en la legítima Asamblea Nacional.
Las “algunas veces”, incluye la trata de blancas y otros hechos delictivos, o la humillación innecesaria de los nuestros. Todavía no conocemos en su más exacta dimensión la realidad vivida por nuestros compatriotas en Guyana, porque parece preferible callarla por tres básicas razones.
De un lado, por decir lo menos, la evidente incomodidad de provenir de un país que reclama una importante porción territorial que los vecinos tienen tan injustamente como propio; del otro, así será el nivel de vida por estas latitudes que los nuestros prefieren arriesgarse en el nivel de las otras latitudes; luego, es necesario reconocerlo, hay guyaneses que han dado una significativa acogida a los venezolanos que muy bien saben desesperados. Tratando de encarcelarlos acá, Miraflores no se siente interrogada por la suerte de los paisanos que han tenido que huir mucho más allá del este, al mismo tiempo que importa arroz desde Guyana: una ecuación absolutamente errada en términos de seguridad y defensa de la nación.