“Tengo el demonio entre las piernas”, confesaba el actor italiano Rocco Siffredi en un fragmento del documental que reveló la luz y oscuridad en su vida. Como si se tratara del peso que llevó durante años, cargaba una cruz, listo para lo que sería su última escena en el porno, un mundo donde fue el rey durante décadas.
Por Infobae
Siffredi, de 58 años, cuyo nombre verdadero es Rocco Antonio Tano, es el actor porno masculino más importante de las últimas décadas. Fue un actor vigente en la industria del triple XXX durante más de 30 años, protagonizó 1.800 películas y estuvo con unas 5.000 mujeres. Era capaz de trabajar durante ocho horas continuas y solo una abeja que lo picó mientras rodaba una escena al aire libre logró atrofiarle una erección.
Adiós al porno
Esta semana volvió a ser noticia, ya que confesó en el programa Belve de la Rai2 italiana que deja la industria del cine para adultos. Esta sería la tercera vez que lo dice, anteriormente lo intentó en 2004 y 2009, pero ahora será la vencida, aseguró Rocco entre lágrimas de emoción en el prime time de la TV romana.
“Intenté dejar el porno en dos ocasiones, en una de ellas, solo duró dos meses. Pero esta es la tercera vez que lo digo y va en serio”, declaró el italiano.
Durante años, la adicción al sexo de Siffredi lo llevó a adentrarse en el ámbito de la prostitución donde tuvo sexo con más de mil personas en un año. Le daba lo mismo si eran mujeres, hombres o transexuales. Su adicción era tremenda, imparable. Recibió ayuda psicológica, llegó a pensar en castrarse y “le pedí a Dios que me dejara morir porque sentía que no había solución a mi adicción”, confesó.
“El diablo posee tu cuerpo, no al revés. He usado el sexo como me convenía durante muchos años. Pero cuando es el sexo el que te utiliza a ti, te conviertes en un adicto, y eso es el diablo. Pasa lo mismo con las drogas y el alcohol. A todo eso yo lo llamo el diablo. Cuando te posee, te obliga a hacer lo que él quiere, cosas que realmente no te gustan, pero que haces de todas formas”, describió Rocco sobre su padecimiento respecto a su trabajo como actor porno.
La relación del italiano con el sexo comenzó a muy temprana edad, según relató él mismo en el documental Rocco. Tendría unos 8 años cuando se masturbó por primera vez y fue descubierto por su madre. Sentía un fuego entre las piernas que no podía apagar: “Siempre pensaba en sexo”.
Su pulsión por el sexo y la pobreza en casa lo llevaron a tomar la decisión que cambió su vida. “Debo hacer algo para ayudar a mi madre”, pensó antes de ingresar en el mundo de la pornografía. Fue también su madre la primera en apoyarlo. “¿Te hace feliz? ¿Es lo que quieres hacer?, entonces hazlo”, le dijo.
La década de los 80 llegaba a su fin, pero para Rocco iniciaba una exitosa carrera que lo llevaría a ser conocido como el “semental italiano” o “Míster 23 centímetros”. Sobre ese tema, Rocco lo tuvo bien claro durante toda su carrera: “Soy consciente de que mi herramienta de trabajo es mi pene. En el trabajo somos dos: yo y mi órgano sexual. Los dos somos famosos, no solo yo. Siempre lo he tenido claro y no me decepciona. Tampoco me siento cosificado. Nunca he tenido problemas con esto. Nunca”.
Alcanzar la fama, obtener dinero por acostarse con mujeres hermosas varias veces al día (confesó que tuvo de 3 a 4 coitos diarios durante 20 años), ser deseado por muchas y admirado por millones podría parecer una vida perfecta, pero detrás de esa pantalla estaba un hombre atormentado por la culpa y el deseo de su adicción al sexo. Un hombre niño que seguía abrazando la foto de su mamá muerta para que aprobara lo que iba a hacer el día siguiente.
El matrimonio de Rocco
Rocco está casado desde 1993 con la ex actriz porno húngara Rosza Tassi, con quien tiene dos hijos, Lorenzo (27) y Leonardo (23). El primero siempre ha vivido en Budapest, donde se licenció en Económicas y Empresariales, aunque después eligió ser fotógrafo profesional y el segundo ejerce como modelo de ropa interior y en alguna ocasión ha mostrado su interés por ser taxi boy, a lo que su padre le respondió que mejor que fuera actor porno porque siempre te acuestas con mujeres guapas, ya que de la otra manera lo tienes que hacer con cualquiera.
Su mujer dice que, contrario a lo que pudiera pensarse, son bastante tradicionales en la cama e incluso definió a su marido como “romántico”.
Sobre sus amagues de anteriores de retiro, Rocco explica: “Lo intenté por mis hijos. Quería dejar de actuar para cuando fueran adolescentes y estuvieran preparados para tener relaciones sexuales. Me propuse trabajar como director para no hacerles daño. Sin embargo, la cagué muchas veces. Para empezar, el primero al que hice daño dejándolo fui yo mismo. Empecé a irme con prostitutas dos o tres veces al día. Estaba acostumbrado a tanto sexo que lo necesitaba”.
Las otras dos veces que Rocco estuvo por retirarse fue fundamental el apoyo de su pareja. “Siempre me decía, ´si estás viendo prostitutas, mejor volvé al cine´. Por esa comprensión es que seguimos juntos. Estoy casado con una mujer muy inteligente y comprensiva”, argumenta Rocco.
El hecho de grabar películas a diario en sus tiempos de actor nunca lo consideró como infidelidad, puesto que estaba trabajando, pero tener sexo con otras mujeres sin cámaras al frente empezó a volverse una rutina, tanto que en un año se acostó con 1000 prostitutas.
Rosa se enteró porque un día el celular de Rocco se activó por accidente y marcó al número más reciente, que era precisamente el de ella, justo la peor pesadilla a la que le teme cualquier hombre infiel. Del otro lado de la línea se oían gritos y gemidos. El incidente los tuvo sin dirigirse la palabra durante tres meses y al borde del divorcio, pero al final decidieron que lo más sano para la familia sería que Rocco volviera a la actuación.
Entre sus nuevos negocios, Rocco abrió su propia escuela, “Siffredi Hard Academy”(la Universidad del Porno), para enseñar sus secretos a jóvenes talentos y lanzó una petición vía change.org para enseñar educación sexual en Italia.
“El sexo es una cosa bellísima. Yo aporto la imagen y la experiencia que tengo, ofrezco toda mi disponibilidad para visitar las escuelas italianas y hacerme promotor en primera persona de esta iniciativa”, declaró.
La infancia de Rocco
Nacido en la localidad costera de Ortona (región de los Abruzos, Italia), su infancia estuvo marcada por la muerte de uno de sus hermanos mayores a causa de un ataque epiléptico. Rocco tenía 6 años y Claudio, 12. Sus padres eran muy humildes y habían tenido seis hijos, cinco varones y una mujer.
Su madre, Carmela, quería que fuera cura y, por eso, de niño Rocco fue monaguillo en la iglesia del pueblo. Ya para esa misma época era un asiduo lector de Supersex, una fotonovela donde su ídolo, Gabriel Pontello, hacía de un extraterrestre que tenía sexo con terrícolas.
“Hubo mucho sufrimiento en mi vida. Cuando pierdes a tu hermano a los seis años y ves cómo tu madre se vuelve loca de dolor, es imposible ser una persona normal, olvidar ese dolor. De repente, lo único que quieres es hacer algo que ayude a que la vida sea menos dura. Esas dos tragedias fueron la razón por la que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa”, relató Rocco sobre los inicios de su vida.
Mientras sus amigos los domingos escuchaban los partidos del calcio en la radio, Rocco conquistaba mujeres en el centro de Ortona. Perdió la virginidad a los 13 años con una de 25. Se iniciaba así una vida sexual que nunca más se detendría. Una verdadera maratón de sexo.
A los 18 años abandonó su pueblo italiano y se instaló en París para trabajar como modelo. En una de sus salidas nocturnas a un club swinger parisino conoció a un actor porno que le proporcionó contactos con varios productores y directores de la industria. Era Gabriel Pontello, el extraterrestre que tenía sexo con todo tipo de mujeres, en aquella vieja fotonovela que escondía de su familia.
Rocco asegura que esta vez si dejará el porno en forma definitiva. Si esto sucede realmente solo se podrá saber con el tiempo. Atrás quedarán las 1.800 películas triple XXX y sus actos sexuales con más de 5.000 actrices.