Ya transcurrió poco más de un mes desde que los embates de la naturaleza estremecieron a cientos de familias en Las Tejerías y en El Castaño, dos sectores del estado Aragua afectados por deslaves el 8 y el 17 de octubre, respectivamente.
Por CrónicaUno
Quienes residen en esos sectores, aún tienen viva la imagen de cómo la furia con que las aguas de la quebrada Los Patos en Santos Michelena y Palmarito en el municipio Girardot arrasaron con sus viviendas, negocios, y todo lo que encontraron a su paso. Sin embargo, intentan reconstruir sus vidas, algunos incluso fuera de las zonas de desastres.
Y así como los sobrevivientes coinciden en recordar que lo ocurrido fue rápido y sorpresivo, los especialistas también concuerdan en que ambos eventos eran predecibles, sobre todo si se toman en cuenta eventos similares previos, como los que investigó el geólogo Franco Urbani en 1981, en la Cordillera de la Costa.
De acuerdo con el geólogo, esta cordillera es la región más extensa de aquellas en las que hay rocas ígneas y metamórficas en el norte del país, así como la más compleja geológicamente. En varios de sus valles se han evidenciado notables depósitos de bloques y peñones que alcanzan dimensiones plurimétricas de hasta 1000 toneladas de peso, todos transportados en el pasado por medio de flujos torrenciales.
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