El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reconoció el “desafío logístico” que representa el mantenimiento del armamento enviado por los aliados a Ucrania en su guerra con Rusia y dijo que es “extremadamente importante” afrontar la cuestión.
Stoltenberg destacó que las armas con las que los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) apoyan a Ucrania en su defensa “necesitan munición y repuestos” y no quiso entrar en la cuestión de qué nuevo armamento podría suministrarse a ese país.
Insistió en que la OTAN no forma parte del conflicto sino que ayuda a Ucrania a defenderse de una agresión a su integridad territorial y recordó que en este caso “no habrá paz si el agresor gana”.
El secretario general de la OTAN aludió a la situación durante un foro de seguridad que se celebra en Berlín en el que hizo un repaso de la situación planteada por la invasión rusa de Ucrania y comentó en ese contexto las dificultades a las que se enfrentan los aliados en relación con el suministro de armas a Kiev.
Stoltenberg se refirió además a la “fragmentación” de la industria europea del armamento como uno de los retos a los que se enfrentan los miembros europeos de la OTAN, que les impide generar las economías de escala que sí tienen otros socios de la alianza atlántica.
Y, aunque agradeció el incremento del gasto en defensa de los países europeos, recordó que “el 80 % de todo el gasto (militar de la OTAN) procede de los aliados de fuera de la UE”.
El secretario general de la OTAN insistió en que los aliados han suministrado ya a Ucrania vehículos blindados para combatir a las tropas rusas, al ser preguntado sobre si sería conveniente una mayor coordinación entre los países que disponen de tanques susceptibles de ser aportados para la defensa del territorio ucraniano.
“Ya han aportado una gran diferencia en el campo de batalla”, defendió Stoltenberg respecto al material pesado enviado por los aliados a Ucrania.
Stoltenberg se refirió, por otro lado, a los retos a los que se enfrentan los países miembros de la OTAN en asuntos relacionados con su dependencia exterior de naciones con regímenes autoritarios, como Rusia y China.
Aludió a la dependencia del gas ruso en ese contexto y advirtió de que existe otra dependencia, de “las materias primas críticas” procedentes de China, y llamó a los aliados a no tener solo a la vista las consideraciones de tipo económico a la hora de valorar acuerdos comerciales con Pekín.
Explicó que la resiliencia que ahora se pide a las sociedades europeas para afrontar las consecuencias económicas de la invasión rusa de Ucrania tiene también mucha relación con los elementos que se consideren cuando haya que alcanzar acuerdos comerciales con China.
“Hay que reducir los compromisos y gestionar los riesgos”, advirtió Stoltenberg sobre los vínculos comerciales con Pekín y las consecuencias que estos pueden tener para la independencia de los aliados en materia, tanto de suministro de energía como de diferentes tipos de infraestructuras.
EFE