Los vecinos de Pueblo Nuevo, en la Península de Paraguaná, al occidente de Venezuela, no pierden la fe de que algún día les reparen las tuberías de aguas servidas que están colapsadas desde hace 10 años.
Por Corresponsalía La Patilla
Una década tienen estos habitantes viviendo entre aguas negras que brotan de sus inodoros, pocetas y lavaplatos.
Desde hace 10 años que el mal olor se apoderó de su ambiente y las aguas negras recorren las calles. Esta situación empeoró con las lluvias, y ahora los zancudos, las moscas y los roedores conviven entre los vecinos.
Una muestra de este problema lo viven las familias que habitan el sector Santa Bárbara Bendita, ubicado en la entrada principal de Pueblo Nuevo, vía Adícora.
Nelly de Mora, en compañía de los demás vecinos, manifestó que esperan ayuda, ya que la problemática resulta insostenible e inhumana.
Destacó que en su mayoría son adultos mayores, algunos con delicados problemas de salud.
Luz Hernández, habitante también de la zona, detalló que han enviado cartas y efectuado varios llamados a Hidrofalcón y a la gobernación de Falcón, pero hasta la fecha no han tenido respuesta, aunque en época de elecciones han ido a prometerles “villas y castillos”, pero ninguno cumple.
Actualmente, la entrada a Pueblo Nuevo, en el sentido Adícora, está acordonada a raíz del hundimiento de una boca de visita.
Además de esta situación, las personas afectadas expresaron problemas de alumbrado público y abundante maleza en los alrededores. El desborde aguas servidas también ha deteriorado la carretera, dejando muchos tramos intransitables y llenos de huecos.