Ya no hay duda alguna. Leo Messi es, por calidad demostrada –ya lo había constatado– y por palmarés a nivel de clubes y selecciones uno de los mejores jugadores de la historia. La conquista, a la quinta, del Mundial, su Mundial y el de Argentina en Qatar 2022 le otorga el acceso por unanimidad a lo más alto en lo que se refiere a figura futbolística de todos los tiempos. Sin embargo, la historia de Messi, que ahora llega a su cénit, comenzó muchos años atrás gracias a un detalle en el que su abuela tuvo mucho que ver, de cara a que el pequeño Lionel disputara su primer partido.
Por OK Diario
Sucedió cuando Leo apenas tenía cuatro años de edad, en 1991, cuando su abuela Celia, la mamá de su mamá, le llevó a un partido con la voluntad de que jugase, pese a que los niños que lo hacían eran más mayores y, sobre todo, más grandes que Messi. El propio futbolista narró lo sucedido en aquel día, que recuerda a la perfección pese a todos los años que han pasado. «Mi abuela le decía: ‘ponelo’. Y le decían: ‘No, no, que está muy chiquitito’. ‘Ponelo, que te va a salvar el partido’, le decía», recordaba Leo, en una entrevista antigua, cuando comenzaba a despuntar como profesional.
«Empezaron a discutir. Cambiaron un par de palabras y me puso. Al final hice dos goles ese partido», reveló Messi en TyC Sports, donde se conoció la historia que explica lo especial del pequeño Leo y lo importante que fue su abuelita, Celia, quien falleció cuando él sólo tenía 10 años, pero que ya había dejado para entonces su impronta en la formidable carrera del astro que ahora levanta al Mundial para Argentina.
En aquel equipo, el Grandoli, el entrenador era Salvador Ricardo Aparicio, quien pronto se convirtió en el primer técnico que guió la carrera deportiva de Leo Messi. Jugando al fútbol, haciendo magia desde que apenas tenía 4 años, un niño de escasa estatura comenzaba a hacer historia, hasta después pasar por las categorías inferiores del Fútbol Club Barcelona, donde comenzó a hacerse un nombre hasta labrar una historia, en este equipo, el Paris Saint-Germain –los dos últimos años– y la selección argentina, que mira de tú a tú a la de los mejores futbolistas de todos los tiempos.
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