El incendio en la ciudad de Viña del Mar, en la costa central de Chile, con un trágico saldo de al menos dos fallecidos y 130 casas arrasadas, no estaba del todo controlado el viernes aunque logró ser contenido a tres focos fuera de zonas urbanas.
Las primeras luces del día mostraron el panorama de destrucción que dejó el siniestro, que comenzó la tarde del jueves en los cerros de esa ciudad ubicada 120 km al oeste de Santiago.
“Perdimos todo, documentos, vehículo. Lo que más siento son unas perritas que se me quedaron adentro. Están por ahí, muertas”, dijo a la AFP Óscar González, en el sector Forestal de esa localidad.
En horas de la tarde, el presidente Gabriel Boric llegó hasta la región para encabezar una reunión de emergencia y posteriormente recorrer las zonas afectadas.
“Pueden tener la certeza de que no los vamos a dejar solos”, afirmó el mandatario, destacando la necesidad de redoblar las medidas de prevención en el inicio de un verano austral especialmente cálido en Chile.
“En nuestro país estamos parados sobre un polvorín. Lo que pasó ayer (jueves) podría pasar en muchos lugares”, advirtió el mandatario.
Su gobierno espera que con las condiciones atmosféricas vigentes y los recursos que posee el viernes se podría controlar el siniestro.
“En las condiciones actuales del incendio, en las condiciones climáticas que están pronosticadas y con los recursos disponibles, el pronóstico es (que se pueda lograr) el control del incendio durante el transcurso del día”, aseguró el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve.
Las autoridades confirmaron del fallecimiento de dos personas, una mujer de 85 años y un hombre de 62.
Además, Monsalve detalló que las cifras oficiales sobre el siniestro -que comenzó en la zona alta de esta ciudad y avanzó por los cerros- eran 30 lesionados leves, unas 130 casas destruidas por las llamas y 125 hectáreas arrasadas por el fuego.
“Tuvimos que salir con lo puesto. (…) Logramos llenar baldes y mojar un poco y como que eso detuvo un poco las llamas, pero era un infierno”, explicó Evelyn Arancibia, del sector del Villa Montes, en Viña del Mar.
“El incendio empezó por allá arriba, por (el sector de) Rodelillo. Todos mirábamos y no nos dimos cuenta cuando el incendio lo teníamos aquí abajo. Las casas se venían quemando una tras otra, hasta que llegó a la mía, y pasó al otro lado. Está todo quemado. Prácticamente se quemó toda la población”, detalló de su lado Daniel Velázquez, de 66 años.
– “Muchísimas más” casas –
La alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, dijo el viernes que “la consolidación de la cifra” de viviendas destruidas está en desarrollo.
“Manejamos un rango de 200 a 500 casas (afectadas). A las 05h00 teníamos 131 ratificadas, pero son muchísimas más”, sostuvo.
Las autoridades detallaron que el incendio se mantenían activo en tres áreas forestales, y que trabajan para controlarlo con 11 brigadas terrestres, 10 helicópteros y aviones cisterna.
Para facilitar los trabajos de combate al incendio, ayudar a las personas damnificadas y proteger las viviendas que debieron ser evacuadas, el gobierno decretó el estado de excepción por catástrofe en la región de Valparaíso.
“Necesitamos camiones para que puedan sacar todo el escombro que tenemos acá, así poder limpiar nuestras casas, porque las cenizas pueden saltar. Quedamos sin nada, se quemó todo”, clamó Javiera Lagos, una profesora de 29 años.
El siniestro, que comenzó como incendio forestal, se inició en los cerros de Viña del Mar y avanzó favorecido por fuertes ráfagas de viento a través de quebradas hasta llegar a los sectores habitados, la mayor parte de ellos de bajos recursos, con viviendas de construcción liviana y calles estrechas.
“Sabemos cuál es el punto de origen, está en un sector vegetal donde había concentración vegetal y habían algunas personas que están identificadas en esos puntos de inicio”, aseguró a una radio local Rolando Pardo, jefe del departamento de Prevención de Incendios Forestales de la Corporación Nacional Forestal (Conaf). AFP