Los rusos se preparan para recibir el año nuevo más incierto de su historia reciente. Para distraer a la población, preocupada por la invasión en Ucrania, las autoridades han decidido mantener las celebraciones de Año Nuevo, aunque les han privado de su pompa habitual.
“Un año como este no hay que olvidarse de las familias de los militares, de sus hijos, de los que trabajan en la industria de defensa. No hay que olvidar que nuestros chicos arriesgan su vida en el frente. Por eso, las fiestas estarán dedicadas, en primer lugar, a ellos”, declaró el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin.
En este sentido, precisó que “en muchos parques y festivales se colectará ayuda humanitaria” y los niños podrán utilizar el correo de Ded Moroz (el Papá Noel ruso) para enviar postales de felicitación a los soldados y los residentes “en las nuevas regiones” ucranianas anexionadas por Rusia, adelantó.
FIESTAS SOBRIAS
Moscú, que se ha mantenido hasta ahora al margen de muchos actos relacionados con la campaña bélica rusa, decidió recibir el Año Nuevo, sin duda la fiesta más celebrada por los rusos, de una manera más sobria.
Así, Sobianin canceló grandes conciertos al aire libre así como de los fuegos artificiales durante las fiestas que en este país comienzan en Nochevieja y se prolongan hasta el 9 de enero.
Según explicó el regidor, así lo decidieron los moscovitas durante la votación pública en la que participaron casi 300.000 personas, que abogaron por celebrar las navidades, pero restringir los festejos y dedicar los ingresos obtenidos a los combatientes.
Recordó además que las fiestas navideñas no se cancelaron ni siquiera en 1942 después de la invasión nazi durante la Gran Guerra Patria y se celebraron actos navideños en trincheras, refugios aéreos, fábricas, teatros y parques.
MOSCÚ, CON ALUMBRADO
Eso sí, la capital rusa, conocida por su espectacular alumbrado durante las fiestas navideñas, decidió conservar la iluminación y el decorado.
El ambiente festivo se nota, sobre todo, en la Plaza Roja, donde al igual que otros años fue levantada una pista de hielo y un mercadillo con productos navideños.
A la vez, muchas familias moscovitas debaten hasta ahora sobre si hay que poner el árbol de Navidad o no, ya que pese a no estar oficialmente en guerra con Ucrania, muchos habitantes de la capital sienten que no son tiempos precisamente de fiestas.
Además, muchos moscovitas tienen a familiares en el frente que fueron llamados a las filas en el marco de la movilización militar parcial que generó una gran inquietud entre la población y que, entre otras cosas, dispararon las ventas de tranquilizantes y somníferos.
La segunda ciudad del país, San Petersburgo, también renunció a celebrar actos festivos y a iluminar las calles de la antigua capital zarista con luces navideñas.
Este ejemplo fue seguido por varias regiones rusas, donde se cancelaron actos festivos y, sobre todo los fuegos artificiales.
NUEVA GEOGRAFÍA DE VIAJES
Este año, los rusos se han visto obligados a cambiar la geografía de sus vacaciones festivas y en lugar de países europeos se dirigirán a los que no han sido declarados como “inamistosos” por suministrar, entre otras cosas, armamento a las fuerzas armadas de Ucrania.
Entre los principales destinos figuran ahora Turquía, Armenia, Kazajistán, Georgia y Emiratos Árabes Unidos, según los turoperadores.
Conscientes de que en el año que se avecina las opciones de viajes al exterior serán aún más limitadas, entre otras razones, por la carestía de los billetes, muchos rusos han decidido no dejar escapar la oportunidad de pasar sus vacaciones navideñas fuera.
A la vez, este invierno la demanda navideña la lidera el turismo doméstico y este año más de 350.000 rusos se desplazarán por el país durante las venideras fiestas, según la Asociación de Turoperadores de Rusia.
“Hay un aumento en número de turistas de un 15 % en comparación con el año pasado. La mayoría de los viajeros eligen como destino la región de Krasnodar (sur de Rusia), así como Moscú y San Petersburgo”, señala un comunicado.
DESEOS PARA 2023
“A mí me parece bien que haya luces en las calles, pero lo que realmente importa es que acabe todo esto y los chicos vuelvan a casa”, comenta a EFE la taxista Irina.
La mujer reconoce que en los últimos meses entre sus pasajeros suele haber muchos militares, “chicos altos, guapos y jóvenes que merecen estudiar, formar familias y vivir una vida pacífica”.
Según los sondeos, el 53 % de los rusos se pronuncia a favor del inicio de negociaciones de paz con Ucrania.
EFE