La Casa Blanca acusó el lunes al gobernador de Texas, Greg Abbott, de poner en peligro vidas humanas después de que autobuses llenos de migrantes procedentes de la frontera suroeste de Texas fueron dejados cerca de la casa de la vicepresidenta Kamala Harris en Washington, durante una fría Nochebuena.
Por Nandita Bose y Kanishka Singh / Reuters
Se estima que entre 110 y 130 migrantes que buscan asilo en Estados Unidos, muchos de ellos familias con niños, fueron subidos en autobuses por funcionarios de Texas, dijeron el domingo grupos de ayuda a los inmigrantes tras su llegada a la capital estadounidense.
“El gobernador Abbott abandonó a los niños a un lado de la carretera con temperaturas bajo cero en Nochebuena sin coordinarse con ninguna autoridad federal o local”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Abdullah Hasan, en un comunicado.
“Los juegos partidistas no consiguen nada y sólo ponen vidas en peligro”, añadió Hasan. El republicano Abbott, firme detractor de las políticas de inmigración del Gobierno del presidente Joe Biden, no ha reconocido el traslado de Nochebuena y su oficina no ha reivindicado la responsabilidad. Biden es demócrata.
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