Las élites políticas y económicas mundiales se reunirán la próxima semana en Davos con el lema “cooperar en un mundo fragmentado”, en una edición donde se abordarán entre otros las consecuencias de la guerra de Ucrania, la crisis climática y el futuro de la Amazonía.
La reunión de este año, organizada por el Foro Económico Mundial (WEF) entre el 16 y el 20 de enero en la exclusiva estación de esquí de los Alpes suizos, “tiene lugar en el contexto geopolítico y geoeconómico más complejo de las últimas décadas”, dijo a la prensa el presidente del WEF, el noruego Borge Brende.
La pandemia del covid-19, los conflictos comerciales entre China y Estados Unidos y la guerra de Ucrania han contribuido en los últimos años a multiplicar las fisuras geopolíticas y a alimentar políticas más proteccionistas, según los responsables del WEF.
“Una de las principales causas de esta fragmentación es la falta de cooperación”, que se refleja en “políticas cortoplacistas y egoístas”, lamentó el fundador del WEF, Klaus Schwab, denunciando “un círculo vicioso”.
Incluso la globalización, el concepto que el foro de Davos lleva décadas defendiendo, parece estar en entredicho, dijo a la AFP Karen Harris, socia y economista de la consultora Bain & Company.
Tras la “esperanza de volver a la antigua normalidad, que era esta especie de mundo globalizado”, esta época “está llegando a su fin”, apunta la analista.
Casi un año después de que Rusia invadiera Ucrania, el conflicto y sus efectos en las políticas mundiales de energía y defensa ocuparán gran parte de los debates de Davos.
Aunque los rusos están ausentes por segundo año consecutivo, se espera la presencia de una importante delegación ucraniana en Suiza.
A ella se suman cientos de personalidades políticas y económicas, como el canciller alemán Olaf Scholz, el secretario general de la ONU Antonio Guterres o la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) Kristalina Georgieva, así como unos 600 líderes empresariales y numerosos medios de comunicación, oenegés y académicos.
La Amazonía “en la encrucijada”
La presencia latinoamericana, cada vez más importante en este foro que se celebra desde 1971, estará encabezada por los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, Ecuador, Guillermo Lasso, y Costa Rica, Rodrigo Chaves.
Brasil, donde la vuelta al poder del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva dio nuevas esperanzas de frenar la deforestación de la Amazonía, estará representado por tres ministros, incluyendo a Marina Silva, al frente de la cartera de Medio Ambiente.
El foro dedicará varias sesiones a América Latina y a la “encrucijada” en la que se encuentra la Amazonía, donde jóvenes activistas como Helena Gualinga, conocida como la “Greta Thunberg de Ecuador” y que también estará este año en Davos, luchan contra la deforestación y por la defensa de sus comunidades.
Davos atrae cada año a oenegés y actvisitas que aprovechan la reunión para recordar a los países ricos y a las empresas energéticas la necesidad de financiar la transición energética de los países en desarrollo y de pagar por los daños de las catástrofes naturales consecuencia del cambio climático.
Las Juventudes Socialistas Suizas (JSS) convocaron el domingo una manifestación a favor de “un impuesto a los ricos para el clima y la condonación de la deuda” de los países del sur. Sin embargo, las manifestaciones suelen ser muy limitadas en Davos durante el foro, protegido con draconianas medidas de seguridad con presencia del ejército suizo.
El Foro Económico Mundial es también un lugar de encuentros discretos entre líderes empresariales, inversores y políticos.
“En cuatro días, en una suite privada, pueden hacer más negocios que en meses volando por todo el mundo”, afirma el periodista estadounidense Peter S. Goodman, autor del libro “El hombre de Davos: cómo los multimillonarios devoraron el mundo”.
AFP