En su granja cerca de Hanói, Le Van Hien cría 2.000 “pollos dragones”, una ave poco común que debe su nombre a sus patas hipertrofiadas de aspecto escamoso, y que pueden alcanzar un precio de venta de hasta 2.000 dólares a medida que se acerca el nuevo año lunar.
Las patas del pollo Dong Tao -del nombre del municipio donde se cría en el norte de Vietnam- son consideradas un manjar delicado y especialmente apreciadas durante la fiesta de Tet, el año nuevo vietnamita.
Hien elige su mejor espécimen, una ave cuyas patas pesan alrededor de una quinta parte de su peso, vendido a un cliente rico por 150 dólares.
Los pollos dragón excepcionales pueden encontrar compradores por diez veces más, y algunos incluso son presentados en concursos de belleza.
El sabor específico de las patas del pollo dragón proviene de su alimentación a base de maíz y arroz, y de su cría en libertad, explica Hien a la AFP.
Las gallinas ponedoras son criadas en jaulas, pero los pollos, criados para su carne, corretean libremente en un pequeño corral. “Cuanto más camina el pollo, más fuertes y grandes son sus músculos”, explica el criador, que inició su actividad hace 15 años.
Un pollo Dong Tao puede pesar hasta 10 kilos y sus patas carnosas son apreciadas por su textura gomosa y bajo contenido en grasa.
La carne se sirve a veces hervida, pero también frita, en estofado, o con limón.
Le Van Luan, que eligió un pollo de Hien con patas bien gruesas como regalo de fin de año para sus padres y socios comerciales, es un cliente habitual.
“La mejor parte del pollo de Dong Tao es la piel de sus patas. Cuanto más gruesas son, más sabrosas”, detalla.