Los cerveceros han fermentado granos durante miles y miles de años para producir la que es -posiblemente- la bebida favorita de la humanidad. De hecho, se cree que la fabricación de cerveza es el proceso biotecnológico más antiguo del mundo, porque se remonta a hace 6.000 años, cuando pueblos de la Antigua Mesopotamia empezaron a producir una cerveza primitiva de la germinación de trigo Emmer, que es la forma antigua del trigo actual.
Por La Razón
Sin embargo, con el paso de los milenios, este proceso ha cambiado sustancialmente. A día de hoy, a la receta original se le añaden otros ingredientes. Y entre todos estos ingredientes, hay uno que -de conocerse- haría que muchos amantes de la cerveza se lo replanteasen dos veces antes de volver a darle un sorbo a una jarra.
El ingrediente secreto
Todas las cervezas siguen -más o menos- el mismo proceso básico; que incluye malteado, molienda y maceración, filtración de mosto, cocción, fermentación, maduración y envasado. Sin embargo, cada fabricante elabora la cerveza de una forma única, porque así consiguen que esta tenga unas características propias y diferenciadas.
Uno de los elementos que los fabricantes más suelen utilizar para darle un “toque” a sus cervezas puede que le cause bastante aprensión a muchos consumidores… sobre todo a los veganos. Es algo que descubrimos en el año 2016, cuando la marca de cerveza Guinness anunció que iba a cambiar la receta que llevaba utilizando durante más de 250 años para evitar incluir un producto de origen animal: la cola de pescado
Si eres una persona escrupulosa y te estás planteando tomar una decisión drástica… como dejar de beber cerveza; debes saber que hay otros muchos productos comunes que utilizan de una forma u otra la cola de pescado. En el caso de la cerveza (aunque también del vino), se utiliza como un blanqueante en el proceso de clarificación.
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