Tras el incendio de un carrito de empanadas por la fuga de gas de una bombona el pasado martes, la alcaldía chavista de Maturín, que dirige Ana Fuentes, decidió desalojar a todos los vendedores de comida rápida del casco central de la ciudad.
Por: Corresponsalía
Ante esta situación cerca de 100 trabajadores informales han quedado a la deriva sin poder llevar el sustento a sus hogares.
Desde la mañana de este miércoles, fiscales del Servicio Autónomo de Abastecimiento, Mercadeo y Economía Informal (Serviamer), se desplegaron en el centro para desalojar a los vendedores de comida rápida.
Trabajadores señalaron que el pasado 4 de enero se reunieron con el director de Serviamer, Alexander Núñez quien les señaló que serían reubicados, pero mientras tanto estarían en sus lugares hasta conseguir un espacio para la reubicación.
“Desde hace un tiempo querían sacarnos de la calle. Ocurrió el incendió del carrito de comida rápida y con eso se aprovecharon para desalojarnos a todos los que vendemos alimentos. Somos más de 100 trabajadores en todo el casco central, padres y madres de familia que nos están dejando sin el sustento a nuestras familias”, expresó Dalexis Guzmán, una de las afectadas.
Señalaron que desde que la alcaldesa chavista ganó las elecciones hace más de un año, no han logrado reunirse con ella, a pesar de haberle entregado al menos ocho cartas solicitando una reunión.
Afirman que están dispuestos a trabajar con las medidas de seguridad que les indiquen, pero que les permitan seguir trabajando.
Nelismar Villasmil, quien tiene cinco años vendiendo arepas, empanadas, tequeños y pastelitos, exigió respeto a los funcionarios policiales y de la alcaldía, ya que, según dijo, han recibido malos tratos.
“Queremos trabajar, porque tenemos familias que mantener. No podemos llegar y decirle a nuestros hijos que se esperen mientras nos reubican”, dijo.