El próximo 12 de febrero toda la atención de los fanáticos del fútbol americano estará dirigida hacia un complejo deportivo ubicado en medio del desierto de Arizona: el State Farm Stadium, sede del Super Bowl 2023. Por su tecnología de punta, sus amenidades y su amplio cupo, esta será la tercera vez que el recinto albergue el juego final de la temporada de la National Football League (NFL).
Por La Nación
Entre las principales características que hacen destacar al State Farm Stadium está su techo retráctil, que le permite lidiar con los climas extremos, propios de esa región. Pero si eso no fuera suficiente, su campo de césped natural también cuenta con un moderno sistema que permite retirarlo y volverlo a colocar en tan solo minutos. Este pasto fue el primero en su tipo en ser instalado en Estados Unidos.
En cuanto al diseño exterior del estadio, está formado por una cubierta de paneles metálicos que refleja la intensa luz solar del desierto. En tanto, las 21 ranuras verticales que posee permiten una visibilidad controlada y cómoda desde el interior hacia el horizonte de Arizona.
Previo al partido del 12 de febrero, los administradores del estadio mantienen en óptimas condiciones el césped donde se desarrollará y emplearán el sistema automatizado para colocarlo sobre la cancha. “El viernes por la tarde, el campo de juego llegará a las 15 h en punto. Una vez dentro, lo pintarán y añadirán los asientos detrás del campo”, explicó Tim Beach, director de Entretenimiento y Eventos Especiales de los Arizona Cardinals al canal local KTVK/KPHO.
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