Trabajadores universitarios, gremios y sindicatos, se concentraron este miércoles 1° de febrero en el Arco de Bárbula de la Universidad de Carabobo, para exigir a la administración de Nicolás Maduro sueldos dignos, beneficios laborales y la derogación del instructivo Onapre.
Por Corresponsalía
El presidente de la Asociación de Empleados de la Universidad de Carabobo (AEUC), Pedro Ulacio, denunció que un obrero gana alrededor de 3 dólares semanal, mientras que un trabajador administrativo devenga un sueldo de entre 8 y 10 dólares quincenal.
A esto se le suma la falta de beneficios como seguro HCM, servicio funerario y caja de ahorros.
Manifestó que en los últimos cuatro años, la crisis en el sector universitario se ha ido acentuando.
“Estamos haciendo de tripas, corazones, para poder subsistir a ver cómo paliamos esta situación, pero los trabajadores no podemos seguir viviendo de dádivas por parte del Gobierno. Tenemos cuatro años con paros escalonados, horarios críticos, paros entre días y asambleas permanentes, y vemos cómo cada día los servicios se vienen cayendo. Hay carencia de HCM, carencia de funeraria, previsión social, el dinero que le descuentan a los trabajadores de su caja de ahorros no les llega a las cajas de ahorro y el dólar que ellos dicen que es criminal, que es el mismo del BCV, terminó de quebrar los salarios de los trabajadores universitarios”, afirmó.
Con una franela de la Facultad de Ciencias de la Salud, Ydiet Franco, trabajadora de la Escuela de Enfermería de la UC, se incorporó a la protesta.
Manifestó sentirse indignada cada vez que recibe su quincena de 8 dólares. Comentó que ha tenido que recurrir a la venta de tortas para poder generar más ingresos económicos.
“Tenemos unos salarios demasiado miserables. A mí no me alcanza para nada. Soy secretaria ejecutiva de dirección y mi salario es de 8 dólares quincenal. Yo no puedo comprar un par de zapatos, todo se va en comida, a veces nada más es para un kilo de queso y un paquete de harina Pan (…) Es la tristeza más grande del mundo. Antes un salario de un trabajador universitario te ayudaba a vivir dignamente, ahorita eso es imposible”, expresó.
Por su parte, el vicerrector administrativo de la UC, José Ángel Ferreira, manifestó preocupación por la diáspora de profesores y estudiantes.
Precisó que, en su caso, hace 20 años su sueldo era de 2.600 dólares, pero ahora gana menos de 200 dólares al mes.
Además, señaló que tras el déficit presupuestario, se hace complicado mantener en óptimas condiciones la máxima casa de estudios en la entidad carabobeña.
“Tenemos entre 4% y 5% del presupuesto en temas de funcionamiento, y con eso se está haciendo milagros, trabajando con las uñas. No se está trabajando en el régimen nocturno, porque tenemos problemas de electricidad, de servicios, pero hemos decidido estar con las puertas abiertas. Creemos que es estratégico que ese espacio no se pierda y que le hagamos ver a la sociedad que seguimos siendo útiles y pertinentes”, destacó.