Poco imaginaban las autoridades de Estados Unidos que una joven mexicana de apenas 17 años se convertiría, hace más de un siglo, en la líder de la primera protesta contra sus políticas para migrantes en la frontera.
Por BBC
Carmelita Torres, una vecina de Ciudad Juárez que cruzaba cada día al país vecino para trabajar como empleada doméstica en El Paso, Texas, se negó a pasar por el proceso de baño y desinfección al que se les sometía en la frontera para, supuestamente, evitar que el tifus se propagara en EE.UU.
El trámite era humillante. Los mexicanos tenían que despojarse de sus ropas para ser desinfectadas en una plancha de vapor, tras lo que sus cuerpos desnudos eran rociados con productos químicos como gasolina y queroseno para eliminar posibles piojos. Si los tenían, se les rapaba la cabeza.
Pero el 28 de enero de 1917, cuando a Torres le pidieron que bajara del tranvía eléctrico que cruzaba la frontera por el puente de Santa Fe para ser fumigada, decidió no hacerlo y convenció a otras 30 pasajeras para que se le unieran.
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