La guerrilla del ELN, en conversaciones con el gobierno de Colombia, “no ha entendido” la política de “paz total” del presidente Gustavo Petro, dijo este martes el jefe negociador oficial, Otty Patiño.
Las partes dialogan desde noviembre con algunos desencuentros, en un intento por extinguir el conflicto con la última guerrilla reconocida en el país tras el desarme de las FARC en 2017.
El máximo comandante rebelde, Antonio García, “no ha entendido la significación de lo que es la paz total”, dijo a medios Patiño a pocos días de reanudar las negociaciones el 13 de febrero en México.
Los roces comenzaron luego de que Petro anunciara la víspera de Año Nuevo un supuesto acuerdo de cese al fuego bilateral con la organización, que el ELN desmintió tres días después.
El revés tensó las conversaciones, pese a una reunión extraordinaria en Caracas que apuntaba a aliviar la crisis. Desde entonces, la guerrilla lanza dardos a la política de “paz total” con la que Petro busca negociar el desarme de rebeldes, narcos y pandilleros.
Surgido en 1964 al calor de la Revolución Cubana, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), se opone a recibir el mismo trato que los demás actores armados.
“El gobierno no se ha puesto a tono con lo acordado en la Mesa (de diálogos). Si el ELN sigue siendo considerado GAO (grupo armado organizado), quiere decir que seguimos en el mismo punto que lo dejó (el expresidente Iván) Duque, o sea no despegamos como debería ser”, aseveró el jefe guerrillero, Antonio García, el lunes en Twitter.
El ELN ha sostenido fallidas conversaciones con cinco gobiernos. El derechista Iván Duque (2018-2022) sepultó los diálogos tras un atentado en Bogotá contra una academia policial que dejó 22 muertos, además del agresor.
“Al ELN, desde el comienzo, se le dio un tratamiento político (…) pero ellos también tienen el deber de mostrarle al país que su actividad es básicamente política y que tienen una mirada de poder hacer política sin armas”, sostuvo Patiño.
Con unos 3.500 combatientes, la guerrilla tiene una estructura federada, con relativa independencia entre sus frentes, lo que dificulta un eventual acuerdo, según expertos.
Si el diálogo de paz “se estanca vamos a descubrir un ELN que no está interesado en la política sino en los negocios, lo cual sería una decepción”, sostuvo Patiño.
Las partes regresarán a la mesa sin haber llegado a puntos de encuentro.
Las “desmovilizaciones” no “han producido las transformaciones esperadas… La paz no es sinónimo de dejación de las armas ni de cupos en el Parlamento”, anticipó García.
AFP