Un 66 % de los niños de Argentina sufría de carencias monetarias o de derechos al primer semestre de 2022, según un informe de pobreza multidimensional presentado este miércoles por Unicef, una pobreza “persistentemente” alta que la aceleración de la inflación a casi el 99 % no pudo haber reducido a la fecha.
Unicef llegó a esta conclusión al determinar que el 51,5 % de los niños vive en la pobreza monetaria y el 13,2 %, en la pobreza extrema.
En tanto, la pobreza no monetaria -la privación de al menos uno de los derechos básicos: educación, protección social, vivienda adecuada, saneamiento básico, acceso al agua segura, hábitat seguro- alcanza al 42,5 % de los niños y al 15,4 % en forma extrema.
Por la combinación de la pobreza por ingresos y por derechos, Unicef detectó la pobreza multidimensional, por la cual 28,5 % de los niños sufre privaciones superpuestas o en forma simultánea.
Si se suman ambos tipos de privaciones, dos de cada tres niños (66 %) son pobres por ingresos o están privados de derechos básicos, unos 8,8 millones de chicos, según Unicef.
“La pobreza monetaria está en niveles persistentemente elevados” porque “sigue la macroeconomía”, dijo el especialista en Inclusión de Unicef Argentina, Sebastián Waisgrais, en la presentación del informe, al resaltar que les afecta “fundamentalmente” el aumento de precios.
La inflación en Argentina trepó al 98,8 % interanual en enero último, producto de desequilibrios macroeconómicos anteriores a la pandemia y a la subida global de precios.
“Los ingresos de los hogares se están actualizando al momento por debajo de la inflación. Salvo que exista un shock de ingresos importantes o que haya una abrupta caída de la inflación, la pobreza se va a mantener en estos niveles persistentemente elevados”, previó Waisgrais.
PROTECCION, TRABAJO Y PRESUPUESTO
Argentina aplica una extensiva política social que es criticada por algunos sectores sociales, al tiempo que necesita reducir el gasto público de acuerdo con el programa firmado en 2022 con el Fondo Monetario Internacional.
“La pobreza sería mucho más elevada si no tuviéramos estas políticas (públicas) de protección social”, defendió Waisgrais.
Agregó que Argentina muestra una tendencia “claramente descendente” en los últimos 17 años en la pobreza por derechos.
El estudio de Unicef además advierte que 9 de cada 10 chicos en situación de pobreza monetaria viven en familias en las que el adulto trabaja, lo cual refleja que la sola creación de empleo no permite salir automáticamente de la pobreza.
A su vez, el tipo de empleo marca una diferencia, porque el 76 % de estos chicos pobres vive en hogares donde los adultos tienen trabajos informales.
“La magnitud y persistencia de la pobreza generan la necesidad urgente de proteger las partidas presupuestarias destinadas a infancia y adolescencia”, afirmó la representante de Unicef Argentina, Luisa Brumana.
El Presupuesto de 2022 dirigido a la niñez y adolescencia sufrió un ajuste real de 4,3 % interanual o 0,2 % del PIB, detectó Unicef, en tanto el crédito vigente para 2023 muestra que los recursos reales tendrán una contracción adicional de entre el 13,3 y 22,2 % según sea el nivel de inflación.
EFE