Subirse a un avión suele ser sinónimo de disfrute, aventura o vacaciones. No obstante, como en todo medio de transporte, el viaje puede ser desde totalmente placentero hasta un tanto más incómodo, según sean las condiciones durante el trayecto. En los vuelos, las turbulencias son comunes, especialmente para la tripulación, que a fuerza de experiencia las considera rutinarias y hace todo lo posible para que los pasajeros permanezcan tranquilos.
Por La Nación
Precisamente, un expiloto llamado John Greaves, quien ahora es abogado de aerolíneas, aseguró que, para no alarmar a los viajeros, en caso de turbulencias moderadas a fuertes, además de encender la señal de los cinturones de seguridad para todos se le da a la tripulación una indicación, pero disimulada. “Si un piloto dice a los asistentes de vuelo que se sienten, será mejor que escuchen”, comentó el especialista para el portal especializado en turismo Reader’s Digest.
La advertencia puede servirle a todos a bordo. Con el anuncio del capitán, aquellos pasajeros más sensibles a las sacudidas podrán tomar medidas extra de prevención, como guardar bien los objetos que tengan a su alrededor, y simplemente estar preparados.
De acuerdo con la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, las turbulencias son normales, pero requieren de ciertos cuidados: “Un viaje lleno de sacudidas puede hacer caer de sus asientos a los pasajeros que no lleven sus cinturones de seguridad”, advierte la agencia en su portal web.
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