El 3 de febrero en torno a las 21:00 horas locales, 50 de los 150 vagones de un tren de la compañía Norfolk Southern se salían de la vía al paso por East Palestine, Ohio, una localidad de poco más de 4.500 habitantes al norte de Pittsburgh. El pánico empezó a cundir: se trataba de un tren de mercancías peligrosas, con productos químicos y materiales combustibles.
Por ABC
Entre los materiales había cloruro de vinilo, un producto muy tóxico y muy inflamable. El incendio que se produjo tras el desarrilamiento provocó una humareda que obligó a evacuar inmediatamente a los residentes de las zonas cercanas en la frontera entre Ohio y Pensilvania en un radio de entre 1,5 y 3 kilómetros alrededor del suceso.
La imagen de la deflagración del tren se ha grabado en la retina de muchos estadounidenses.
Officials conducted a 'controlled release' of vinyl chloride from 5 train cars after a derailment in East Palestine, Ohio, in order to prevent an explosion — but residents still don't know when it will be safe for them to return to their homes pic.twitter.com/5O1d1emav3
— NowThis Impact (@nowthisimpact) February 9, 2023
Cuando se cumplen 12 días, la información ha sido muy filtrada y la respuesta de las autoridades no ha ayudado a frenar las teorías conspiranoicas que enseguida se han desatado.
La respuesta de la EPA
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés) ha asumido el peso de la investigación. Lo primero que están determinando es el grado de afectación que hay sobre la fauna y la flora locales, mientras paralelamente buscan las causas del descarrilamiento.
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