Apenas el 30 de noviembre de 2022, apareció en el mercado cibernético ChatGPT, una nueva herramienta creada por la empresa Open AI. El reciente sistema alcanzó, en 5 días, un millón de usuarios. Este ha sido el periodo más corto que le ha tomado a cualquier otra aplicación coronar esa meta, Spotify, se tomó 150 días con la aplicación de audio en streeming, e Instagram, se tomó 75 días. Chat GPT ya tiene 100 millones de usuarios y sigue creciendo.
Mediante la aplicación de la inteligencia artificial a un buscador, se logra un programa que puede componer, a la medida, un informe, un artículo, un soneto, una nota de prensa, sobre cualquier tema, en forma instantánea. Lo mismo en el caso de las imágenes, se diseñan según las especificaciones dadas.
Una vez que se dio a conocer ChatGPT, se publicó la información de que Microsoft, que tiene Bing como buscador, va a integrarse con ChatGPT para convertirse en competencia del buscador Google, líder indiscutible del sector. Por su parte, Bill Gates de Microsoft, reveló estar entusiasmado con esta herramienta y predice que ChatGPT “cambiará al mundo”.
Google, de inmediato, sintiendo amenazado el monopolio de su buscador, contraatacó con LaMDA, la tecnología de generación de lenguaje, y creó BARD, una nueva aplicación sobre el buscador de Google, para competir en ChatGPT. Seguidamente, entró en etapa de prueba para un público restringido. Todavía no han dado a conocer su capacidad, pero se estima que en pocas semanas estará disponible al público.
ChatGPT, en realidad no fue el primero, ya existía una pequeña empresa, llamada You.com, con la tecnología, y fue lanzada en noviembre de 2021 por ex empleados de Salesforse, con versiones dirigidas a escribir y a chats, pero no había sido descubierta por el gran público.
Una de las áreas donde la IA ha causado más preocupación, es en el campo de la educación, dada su capacidad para desarrollar, a partir de una sencilla pregunta, un ensayo o tesis de grado, sobre cualquier tema. Esta circunstancia ha causado alarma entre los educadores, al punto, de que intelectuales como Noam Chomski (lingüista, filósofo y politólogo), se pronunció al respecto, sentenciando que ChatGPT es “básicamente, tecnología avanzada de plagio”, opinó además, que la Inteligencia artificial atentaba contra el aprendizaje.
Tan pronto como estalló la alarma entre los educadores, apareció esta semana, GPTZero, una herramienta desarrollada en la Universidad de Princeton que sirve para detectar si en un ensayo el alumno ha usado el ChatGPT. Tal ha sido el éxito de esta herramienta, que ya se contabilizan más de 35.000 profesores utilizándolo. Debemos recordar que durante años ha habido programas para identificar al plagiario, pero estos programas no pueden identificar ensayos en los que se ha usado ChatGPT, ya que no copia frases completas del ciberespacio sino que las construye en base a conceptos.
Debemos agregar que el sistema ChatGPT no es perfecto. Parece correcto, pero tiene muchas fallas, por ejemplo, es muy deficiente en preguntas a corto plazo. Si queremos saber qué tasa de interés están pagando los Certificados de Depósitos bancarios, nos proporcionará resultados de hace varios meses. Se presentan problemas éticos cuando se le preguntan argumentos para promover desinformación. También, muchas veces, cae en errores que son obvios para los comunes mortales.
Diría que lo más recomendable, en este momento revolucionario, es seguir los acontecimientos en el campo de la inteligencia artificial, día a día, en el campo de actividad donde cada cual se desempeña. Al final, esperamos tener más resultados y oportunidades positivas, producto de la nueva tecnología, que aspectos negativos, como lo ha demostrado la historia de la tecnología.
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