Este 22 de febrero, inicia el periodo de la cuaresma, que comienza con el Miércoles de Ceniza y finaliza el domingo de Resurrección. Para la religión católica estos 46 días son un tiempo litúrgico de preparación para la Pascua, con la práctica del ayuno y de la abstinencia.
Por El Tiempo
Estas prácticas hacen referencia a los cuarenta días que Jesucristo ayunó en el desierto y venció a las tentaciones. Se lee en el Evangelio: “Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno durante cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre” (Mt 4,1-11).
Tanto el ayuno como la abstinencia son “normas de la iglesia” que se deben cumplir en este periodo. En el caso del ayuno, se entiende como prescindir de una de las comidas del día y solo hay que llevarla a cabo en dos jornadas: el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. En cuanto a la abstinencia, se refiere a no consumir carne todos los viernes de la cuaresma.
El sacerdote Emilio López Navas, párroco de Benalmádena y Arroyo de la Miel y profesor de Biblia en el Seminario Diocesano, le aseguró al diario ‘Sur’ que estas prácticas no pueden entenderse como una autoflagelación. Sino como una preparación para recibir algo. Además, comentó que durante este tiempo hay tres pilares que son ayuno, limosna y oración
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