Nadie podría predecir lo que vendría después de aquel fatídico anuncio hecho por Hugo Chávez la noche del 8 de diciembre de 2012, vestido con una camisa color azul y rodeado por sus colaboradores más cercanos, cuando admitió que debía viajar a Cuba para someterse a una operación por la reaparición del cáncer y nombró como “sucesor” a Nicolás Maduro “para seguir al frente de la Presidencia”.
Por Alexis Pérez / Infobae
El anuncio confirmó los reportes sobre el avanzado estado de la enfermedad de Hugo Chávez que desde hacía meses recorrían las redacciones de los medios de comunicación de Venezuela, pero que no se atrevían a confirmar ante posibles sanciones administrativas de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL), el ente censor de la dictadura chavista, con multas equivalentes a los 2,2 millones de dólares o el cese definitivo de la señal.
El 31 de diciembre de 2012 las redes sociales ardían con los rumores: “Murió Chávez”. Pero no fue sino hasta el 5 de marzo de 2013 cuando se dio el anuncio oficial: “Recibimos la información más dura y trágica que podamos transmitirle a nuestro pueblo. A las 4:25 de la tarde ha fallecido el comandante presidente Hugo Chávez Frías”, declaró un Maduro con voz temblorosa en cadena nacional desde el Hospital Militar de Caracas.
Tres días después, Maduro asumió la presidencia interina y se autoproclamó “El Hijo de Chávez”, avalado por una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia servil al régimen que señala que tras el fallecimiento de Chávez, Maduro cesa su cargo como vicepresidente y deviene en presidente encargado.
2013 – Tormenta electoral
El 9 de marzo de 2013 el Consejo Nacional Electoral (CNE) llamó a elecciones presidenciales con Maduro como candidato del Gran Polo Patriótico y Henrique Capriles Radonski como figura de la Mesa de la Unidad Democrática, que agrupaba a los partidos de oposición.
La campaña electoral estuvo plagada de irregularidades y mostró la verdadera esencia del chavismo: el férreo control sobre los medios de comunicación eliminó casi por completo la figura de Capriles Radonski como candidato opositor, todo bajo la mirada permisiva del principal ente comicial.
Mientras tanto, en el canal estatal Venezolana de Televisión, que se financia con el dinero de todos los venezolanos y que Hugo Chávez secuestró para transmitir todo tipo de actos proselitistas, se enviaban mensajes contra el representante opositor a quien los propios chavistas calificaban como “la princesita”, “burgués”, o “caprichito”. Nuevamente, con el visto bueno de la presidenta del CNE, Tibisay Lucena.
El 14 de abril de 2013 y después de 5 horas de espera luego del cierre de las mesas de votación, Maduro se atribuye una pírrica victoria con el 50,66% de los votos frente al 49,07% de Capriles Radonski, una ventaja menor al 2%. Pese a las denuncias de fraude por parte de la oposición, Maduro se juramentó el 19 de abril para el período 2013-2019.
A las afueras del palacio legislativo, una parte de la ciudad festejaba con petardos el acto de Maduro, mientras la otra se hacía sentir con fuertes cacerolazos en señal de protesta, atendiendo el llamado de Capriles Radonski de que en todos lados resonara la salsa y se batieran cacerolas a todo volumen.
La súbita caída de los precios del petróleo desde los 110 dólares por barril hasta los 30 dólares por barril en menos de un año; la presión de un control cambiario inútil que solo sirvió como nido de corrupción para el régimen y sus empresas fantasmas y donde se robaron más de veinticinco mil millones de dólares sin que se haya presentado cargos contra alguien; la caída del poder adquisitivo; el comienzo de la desaparición de productos de la cesta básica; la inflación y una crisis eléctrica sin precedentes en la historia de Venezuela, hicieron crecer el descontento ya existente en la población.
Cinco meses después de que Maduro tomara el poder, un mega apagón dejó sin servicio eléctrico a 70% del país por al menos 4 horas, afectando a la capital (Caracas) y 14 estados.
En un acto desesperado para hallar a algún culpable, como es costumbre en regímenes populistas, Maduro expulsó a tres diplomáticos de la Embajada de EEUU en Venezuela a quienes acusó de fomentar actos de sabotaje contra el sistema eléctrico nacional.
“¡No importa las acciones que tome el gobierno de Barack Obama! No vamos a permitir que venga un gobierno imperial a traer dinero y a ver cómo paran las empresas básicas y a ver cómo paran la electricidad para apagar toda Venezuela”, expresó Maduro en un acto con militares.
Aprovechando el cansancio de la población y el debilitamiento de las fuerzas opositoras, el CNE le pone fecha a las elecciones municipales y establece el 8 de diciembre como el día propicio para realizarlas, coincidiendo intencionalmente con la misma fecha en la que Hugo Chávez se dirigió al país por última vez. El resultado de dichos comicios estaba cantado: el partido oficialista acaparó 240 de las 337 alcaldías.
2014 – La calle habla
A partir del año 2014, comienzan a surgir las primeras protestas contra el régimen de Nicolás Maduro, especialmente de jóvenes hartos de la falta de alimentos y de medicinas, de la delincuencia y de la continua restricción de libertades. Para el momento ya se conocía del asesinato a manos del hampa de la Miss Venezuela Mónica Spear y del estudiante de la Universidad de Los Andes, Héctor Moreno.
El 12 de febrero de ese mismo año, el movimiento estudiantil y líderes opositores encabezados por Leopoldo López, Maria Corina Machado y Antonio Ledesma convocan a una manifestación como parte del Día de la Juventud en 38 ciudades del país. En Caracas, al finalizar la actividad en frente de la sede la Fiscalía General de la República, se registraron enfrentamientos entre estudiantes y policías, estos últimos reprimieron la manifestación con perdigones y bombas lacrimógenas.
Durante los altercados, grupos paramilitares que responden al régimen chavista originaron un intercambio de disparos e hirieron de bala en la cabeza al estudiante Bassil Da Costa, de 23 años, quien falleció horas más tarde en el Hospital Vargas. Se convertiría así en el primer muerto de la represión de Nicolás Maduro.
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