La respuesta del gobierno a la quiebra de dos grandes bancos ya ha involucrado cientos de miles de millones de dólares. ¿Serán los contribuyentes quienes terminen pagando por ello, de una forma u otra? ¿Y cuál será el precio?
Podrían pasar meses antes de conocer las respuestas. El gobierno del presidente Joe Biden afirmó que garantizará los depósitos no asegurados en ambos bancos. La Reserva Federal anunció un nuevo programa de préstamos para todos los bancos que necesiten pedir dinero a fin de pagar los retiros.
El jueves, la Fed ofreció el primer vistazo de la escala de la respuesta al revelar que los bancos habían pedido prestado alrededor de 300.000 millones de dólares en fondos de emergencia la semana pasada y casi la mitad de esa cantidad se destinó a firmas controladoras para que los dos bancos en problemas paguen a los depositantes. La Fed no indicó cuántos otros bancos tomaron dinero prestado y agregó que espera que los préstamos sean reembolsados.
El objetivo es evitar que el pánico se extienda y prevenir que los depositantes busquen retirar rápidamente tanto dinero que incluso los bancos prósperos sean arrastrados por una estampida bancaria. Ese escenario desestabilizaría todo el sistema financiero y se correría el riesgo de descarrilar la economía.
Es probable que los contribuyentes no asuman ningún costo directo por la quiebra de los bancos Silicon Valley Bank y Signature Bank, pero es posible que otros bancos tengan que ayudar a sufragar el costo de cubrir los depósitos no asegurados. Con el tiempo, esos bancos podrían transferir los costos más altos a sus clientes, al final obligando a todos a pagar más por los servicios.
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