Las autoridades explican las masacres del último año en Barranquilla y el área metropolitana con una razón: el enfrentamiento entre dos bandas delincuenciales que ha dejado violencia y pesar en las familias.
Por eltiempo.com
El hecho más reciente ocurrió en la noche de este domingo 19 de marzo, en el barrio Villanueva, donde cinco personas fueron asesinadas y otras 14 resultaron heridas tras un ataque armado durante un baile con picó.
Con esta ya son seis las masacres que se contabilizan en la ciudad en el último año. Siendo la primera de ellas en el barrio San José (mayo de 2022), puente de La Cordialidad con Circunvalar (julio de 2022), barrio Montes (agosto de 2022), barrio Las Flores (septiembre de 2022) y barrio El Santuario (enero de 2023).
La del barrio Villanueva es la segunda en menos de dos meses. Si se incluye el área metropolitana de Barranquilla, es la segunda en menos de una semana, teniendo en cuenta el triple homicidio ocurrido en el barrio Los Almendros, de Soledad.
“Una de las primeras hipótesis indicarían que los hechos serían en retaliación por las diferentes actividades operativas que se han hecho en los últimos días y que estarían generando un reacomodamiento de estas estructuras delincuenciales en este sector”, dijo el general Jorge Urquijo, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, sobre el caso de Villanueva.
En diálogo con EL TIEMPO, el alto oficial aseguró que “tenemos dos estructuras, una liderada por alias ‘Castor’ y otra liderada por Digno Palomino. Son estructuras delincuenciales que por años han estado disputándose el control de Barranquilla”.
Así es la disputa por control de rentas criminales
Asimismo, en una rueda de prensa que brindó en la mañana de este lunes, el general Urquijo ratificó lo dicho a este medio, con respecto a la disputa por el control “de las rentas criminales en el sector”.
“Son grupos conocidos como estructuras de Los Costeños (al mando de Castor) y Los Pepes (al mano de alias Digno Palomino)”, manifestó el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla.
Por su parte, el experto en materia de seguridad, Arturo García Medrano, indicó que la violencia se disparó en el último año con el distanciamiento entre esos dos individuos que mencionan las autoridades.
“Ha sido una reacción de lado y lado, o de actores de estas partes que están por encima de cualquier actividad de liderazgo entre el uno y el otro, por las rentas ilegales en general”, aseguró el expersonero de Barranquilla.
Corredores de la ciudad y Atlántico, en riesgo
García Medrano indicó que lo que está pasando en esta región, específicamente la ciudad y el departamento, es un concepto de tipo ideológico frente al delito, que no es de ahora y, según considera, es una herencia desde la mafia de los años 80’s y 90’s.
“Se permitió que en comunidades aparecieran líderes locales focalizados al servicio de estas organizaciones y se fuera consolidando un poder territorial en áreas estratégicas, por ejemplo, la forma como la droga ha entrado a los Puertos, o como existen hoy otro tipo de finanzas ilegales y legales”, dijo el analista.
El experto en seguridad señaló que lo sucedido en Villanueva era una situación anunciada que podía ocurrir en cualquier momento y que no impide que en otros sectores del área metropolitana se presenten situaciones similares en los próximos días o meses.
“Identifico corredores como el arroyo El Salao II, allá hay 13 barrios en una situación de riesgo. Sectores de Me Quejo, Por Fin y Loma Roja. Igualmente, lo que comprende los barrios de Los Olivos, Ángeles I, II y III, y El Pueblito. Situaciones desde el mismo corredor Oriental, en los barrios Primero de Mayo y Pasadena, donde ya ha habido enfrentamientos”, expresó.
Arturo García sostuvo que eso no se va a resolver con un incremento del pie de fuerza en lugares donde no podría entrar la Policía y añadió otros corredores en riesgo, como el de Juan Mina y la Circunvalar de la Prosperidad, en Galapa, donde hay una lucha por el control de terrenos.
La estructura de la criminalidad, según analistas
Otros analistas, como Reynell Badillo y Luis Fernando Trejos han clasificado la estructura de la criminalidad en Barranquilla en tres niveles.
En el primer nivel, el más alto, ubican a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, que se encargan del tráfico internacional de clorhidrato de cocaína, robo de tierras, lavado de activos y corrupción de funcionarios públicos.
Financian armas, vehículos y emisarios al nivel dos, donde posicionan a Los Costeños y Los Ratrojos Costeños, señalados de microtráfico, extorsión, robo de tierras y desplazamiento urbano.
Mientras que en el tercer nivel ubican a 63 pandillas. Entre las más sonadas están: Los Papalópez, Los Vega, Los Carambola y Los Teletubis. Son señalados de hurto simple y a mano armada, robo de autopartes y trabajos comisionados.
“Les prestan servicios a organizaciones del nivel 2”, precisan Badillo y Trejos en esta estructura diseñada en 2022.
Cuestionamientos a los planes de seguridad en la ciudad
Esta nueva masacre en Barranquilla también motivó a académicos y ciudadanía en general a cuestionar el proceder de las autoridades del Distrito y su reacción frente a estos hechos.
Uno de ellos fue el docente Luis Fernando Trejos, director del Observatorio sobre Dinámicas de la Confrontación Armada e infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH), del Centro de Pensamiento UNCaribe, quien se preguntó “¿Quién asume la responsabilidad política?” por este hecho de sangre.
Y es que, hasta horas de la noche de este lunes, el alcalde Jaime Pumarejo no se había pronunciado sobre lo sucedido en la capital del Atlántico. Unas horas después de lo ocurrido en Villanueva, trinó “Libertad y orden. Por ahí empieza todo”.
Lo anterior, tras sumarse a la campaña de gobernadores y demás mandatarios de entes territoriales del país, quienes hicieron tendencia el lema ‘Libertad y orden’.
El concejal Andrés Rengifo Lemús también cuestionó: “El Distrito está fracasando en sus estrategias y programas de seguridad. Nueva masacre en La Loma confirma la grave crisis de inseguridad en que está sumida Barranquilla por cuenta de la guerra entre bandas criminales que han vuelto comunes las masacres y el crimen en la ciudad”.