La vida de Bella Ramsey, la última esperanza de la humanidad en The Last of Us: bullying, no binarismo y anorexia

La vida de Bella Ramsey, la última esperanza de la humanidad en The Last of Us: bullying, no binarismo y anorexia

“Actuar te pone en un lugar en donde nadie te juzga, es la oportunidad de ser otra persona”, dijo luego de haber sufrido bullying en el colegio (Rodin Eckenroth/WireImage)

 

Enamoró al público con sólo 11 años cuando le dio vida a la pequeña y poderosa Lyanna Mormont en Game of Thrones, pero la fama volvió cuesta arriba su rutina escolar. Optó por la educación online para “no tener que encajar” y dice que actuar “te pone en un lugar donde nadie te juzga”. Ahora brilla en la serie de HBO basada en el popular videojuego

Cuando Bella May Ramsey debutó como Lady Lyanna Mormont en la temporada 6 de Game of Thrones, los fanáticos se sorprendieron con la expresividad madura de esa niña guerrera y The Hollywood Reporter dijo que era “la estrella revelación” de la serie. Era 2016 y Ramsey, que nació en Nottingham el 30 de septiembre de 2003, tenía sólo 11 años, por lo que sus padres –un empresario y trompetista amateur y un ama de casa de perfil bajísimo– sólo dejaban que viera los episodios en los que participaba.





Por Infobae

Aunque la actuación para ella siempre había sido un juego, ya entonces su autoexigencia era enorme: “Cuando me veía, pedía por favor que apagaran la tele. No podía evitar pensar que debía haberlo hecho mejor o que no tendría que haber puesto alguna cara’”, dijo a The Guardian en su primera entrevista para un diario de gran alcance.

Alumna de la escuela de teatro local desde el jardín de infantes, había entrado al prestigioso programa de entrenamiento actoral y castings The Television Workshop. Así fue como llegó a audicionar para el drama de HBO –su primer papel en la pantalla–, aunque tuvo que mantenerlo en reserva durante meses.

En el colegio, ese secreto le costó carísimo: “Todos estaban intrigados por lo que estaba haciendo y querían saber de qué se trataba –contó en su momento a The Evening Standard–. Pero no me dejaban contarle a nadie, especialmente porque Lyanna era un personaje nuevo. No se lo tomaron bien. Intenté explicar que había firmado un acuerdo de confidencialidad y no lo hacía para hacerme la importante. Pero cuando me vieron en el show, me volví popular por todas las razones equivocadas”.

Bella Ramsey nació en Nottinghamshire, Inglaterra, el 30 de septiembre de 2003. Ya tiene 19 años y desde los 11 que ocupa puestos destacados en series premium

 

Mientras el mundo aplaudía su talento, Bella era infeliz en la educación tradicional y, cuando un profesor se burló delante de sus compañeros porque no podía hacer un ejercicio, la familia tomó la decisión de que estudiara online desde su casa.

“Para mí es una de las mejores cosas para las que puede usarse Internet. Me llevo mucho más de las clases virtuales porque no hay distracciones frustrantes, uno se sienta tranquilo y seguro en su casa y aprende –dijo sobre el método de educación que eligió–. Baja la presión de los pares y el deseo que todos tenemos de encajar, entonces te permite ser quien sos realmente y te deja espacio para hacer las cosas no académicas que amás”.

Muchos de sus colegas recuerdan haberla visto con su tarea de matemática en el set, un segundo estudiante de secundaria y al siguiente una bruja –como en The worst witch (Netflix)– o la joven líder de una casa nobiliaria en una fantasía medieval.

Bella Ramsey como Lady Lyanna Mormont en la temporada 6 de “Game of Thrones”

 

Si en el colegio no encajar era una desventaja, en la actuación se convirtió un diferencial: “Actuar te pone en un lugar en donde nadie te juzga, es la oportunidad de ser otra persona”, dice. Para Bella, “en la escuela no había lugar para desarrollar una personalidad fuera de la corriente”, mientras que en la actuación “cada toma es una chance para cambiar”.

Quienes la vieron en Game of Thrones supieron desde el principio que estaban ante un genio absolutamente distinto y su nombre empezó a sonar con fuerza en las grandes productoras. Fue por eso que Lena Dunham la convocó para su primer protagónico en la serie Catherine Called Birdy (2022), que terminó de consagrarla ante la crítica.

Pese al reconocimiento que ya se había ganado, cuando se filtró que interpretaría a Ellie en la distopía apocalíptica The last of us (HBO) junto a Pedro Pascal, los seguidores del juego no fueron nada entusiastas. Hace un mes, y con el diario del lunes que asegura que su brillante adolescente inmune a la mutación del hongo cordyceps conquistó finalmente a las audiencias, Bella le contó a GQ que sufrió con los posteos negativos –y crueles– que leyó en las redes en un primer momento. “Cada nuevo comentario era más doloroso que el anterior. Yo me engañaba y los buscaba para leerlos como si fuera algo divertido, pero no fue fácil”, confió.

Bella Ramsey como Ellie en The Last of Us junto a los protagonistas de la serie

 

La principal objeción en las redes tenía que ver con su apariencia, no sólo porque no se parecía al personaje del videojuego en que se basa la serie, sino simplemente porque no les gustaba cómo se veía. Se ensañaron, en particular, con su “cabeza cuadrada”, algo que ahora que la serie acaba de terminar una elogiadísima primera temporada, todos parecen haber olvidado. Una crueldad doble si se tiene en cuenta que, en 2018 –a los 14 y mientras le ponía la voz a la niña animada de Hilda (basada en el comic de Luke Pearson)–, contó en sus redes que sufría anorexia.

Era el Día de la Salud Mental y Bella aprovechó para escribir que el diagnóstico tenía un año, pero llevaba mucho más que eso padeciendo trastornos de conducta alimentaria: “Uno de los grandes objetivos de las sesiones de terapia que hice fue tratar de identificar que fue exactamente lo que originó mi problema. La verdad es que nunca llegamos al fondo de la cuestión y creo que es lo mismo que le pasa a mucha gente que lucha con su salud mental”.

Para Ramsey, “no siempre hay respuestas, pero siempre hay una salida, una luz al final del túnel, no importa cuan difusa se vea”. Entonces contó cómo se apoyó en sus padres y en la religión: “Para mí, esa luz fue Jesús. Mi fe jugó un papel muy importante en mi recuperación y mi familia también”. En mayo de ese año había compartido con sus seguidores de Twitter que era cristiana y estaba por bautizarse (un sacramento que normalmente se da a los bebés, por lo que se habló de una conversión): “Estoy lista para decir en público en Jesús es mi salvador”.

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