La periodista Sebastiana Barraez en una entrevista con Napoleón Bravo lanza la hipótesis de la salida de Maduro, es lo que la mayoría de venezolanos espera, pero no es tan fácil que una corporación mafiosa como la que ha construido Maduro desaloje graciosamente el poder.
Hay que contar los años que tienen manejando a Venezuela, los apoyos externos e internos que han acumulado, es una verdad que sus relatos políticos que abarcan desde el comunismo utópico hasta el capitalismo autoritario se desvanecieron y que el rebautizado cuartel de la montaña luce desolado, sin filas de personas queriendo testimoniar su incondicionalidad y admiración a Chávez, lo que nos indica que el chavismo como religión de estado esta muerto con el madurismo, que ha tenido que reinventarse con nuevos relatos que no convencen a la mayoría.
El último relato es el de la lucha anticorrupción, que con el de las sanciones y la campaña por la liberación de Alex Saab conforman un libreto que puesto en escena no tiene audiencia.
El problema para Maduro es el de siempre, es un presidente que no soluciona nada, los problemas y las protestas se acumulan y pierde credibilidad.
En Cuba en el llamado período especial los Castro inmolaron a un héroe de la intervención de Cuba en África, el General Ochoa y los hermanos La Guardia fueron sacrificados sin juicios justos para salvar el honor de la revolución.
¿Será que el intento de crear un nuevo relato le dará tiempo a Maduro para llegar al 2024?
Parece difícil, por eso la oposición fiel se preocupa al igual que los factores de poder, no están viendo a Maduro como una opción que asegure el sostenimiento de Cuba y sin una Cuba comunista el resto es ficción revolucionaria con un retorno a la democracia con todos sus defectos e inequidades.