“Cada año vemos más enfermedades transmitidas por garrapatas en Estados Unidos y más personas expuestas a ellas”, afirmó Charles “Ben” Beard, subdirector de la División de Enfermedades Transmitidas por Vectores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Por Infobae
Las garrapatas, más conocidas por propagar la enfermedad de Lyme, albergan eficazmente muchas bacterias, parásitos y virus nocivos que pueden infectar a las personas cuando se prenden para alimentarse de sangre. Estos minúsculos artrópodos parecidos a las arañas transmiten agentes que causan al menos 16 enfermedades en EEUU, y muchas más en todo el mundo.
En el país norteamericano, la temporada de garrapatas no sólo está empezando antes, sino que se está convirtiendo en un acontecimiento que dura todo el año. Aunque de abril a septiembre suelen ser los meses más activos, los molestos parásitos de ocho patas pican a personas y animales mucho antes de lo esperado. El aumento de las picaduras de garrapata está provocando un incremento de diversas enfermedades transmitidas por estos arácnidos, incluidas algunas que antes eran poco frecuentes.
El cambio climático es otro de los culpables. Los cambios en la lluvia y la temperatura han transformado regiones con bajos índices de enfermedades transmitidas por garrapatas en lugares más apetecibles para que vivan los parásitos. Además, las condiciones más cálidas hacen que las garrapatas se despierten antes de su letargo invernal y tengan más tiempo para picar a los mamíferos cercanos.
Lo mejor que podemos hacer es estar al tanto de cómo circulan las garrapatas. Aunque no vivamos en el noreste, podemos correr el riesgo de contraer otras enfermedades transmitidas por garrapatas. Saber a qué hay que estar atento en primavera, verano e incluso en las otras estaciones puede ayudar a tratar y prevenir potencialmente las picaduras y sus enfermedades.
1. Babesiosis
La babesiosis es una infección parasitaria transmitida por la picadura de garrapatas de ciervo (también conocidas como garrapatas de patas negras). Estas garrapatas tienen el tamaño aproximado de una semilla de amapola y se encuentran en pequeños mamíferos como los ratones de patas blancas que viven en el noreste y el medio oeste superior de EEUU. Minnesota y Wisconsin son dos estados del Medio Oeste con transmisión endémica de babesiosis.
Una vez que el parásito de la babesia entra en el cuerpo humano, se dirige a los glóbulos rojos. Los parásitos infectan y destruyen los glóbulos rojos forzando la ruptura de su membrana celular. La enorme pérdida de glóbulos rojos puede, con el tiempo, causar anemia hemolítica.
La babesiosis es tratable. Según los expertos, el médico prescribirá un tratamiento antibiótico de siete a diez días si la enfermedad es grave. Algunas personas corren mayor riesgo de sufrir complicaciones derivadas de la anemia -inmunodeprimidos, personas sin bazo y recién nacidos- y pueden necesitar transfusiones de sangre u otros cuidados de apoyo.
2. Enfermedad de Lyme
La enfermedad de Lyme también se transmite a través de las garrapatas del ciervo. “Estas garrapatas portan y propagan múltiples enfermedades”, explicó en diálogo con la revista Popular Science, Chad Cross, investigador de la Universidad de Nevada, Las Vegas, que estudia los parásitos y las enfermedades transmitidas por vectores. “Si te pica una, siempre existe la posibilidad de infectarte por más de un agente patógeno al mismo tiempo”.
Mientras que la estimación de los CDC muestra 476.000 casos de enfermedad de Lyme en EEUU cada año, Cross afirma que hay “al menos 10 veces más casos de enfermedad de Lyme de los que realmente se notifican” al departamento. Una de las razones de esta discrepancia es que la mayoría de los casos son asintomáticos.
Cuando las personas muestran síntomas, la fatiga y los escalofríos que presentan pueden confundirse con otra afección. Si no se trata, existe el riesgo de desarrollar problemas neurológicos como parálisis facial y lesiones nerviosas en las extremidades. El lyme crónico también puede dar lugar a una serie de problemas persistentes, muchos de los cuales son aún menos conocidos.
La mayoría de los casos tempranos de enfermedad de Lyme son curables con un régimen de dos a cuatro semanas de antibióticos orales como doxiciclina y amoxicilina. Sin embargo, algunos pacientes pueden seguir padeciendo dolor, fatiga y problemas de concentración seis meses después del tratamiento.
3. Anaplasmosis
La anaplasmosis se manifiesta en los seres humanos como una enfermedad similar a la gripe. La bacteria está presente en las garrapatas de ciervo del noreste y el medio oeste de EEUU. La garrapata de patas negras occidental, más frecuente en la costa de California, Oregón y Washington, también puede propagar el patógeno. Ha habido una tendencia al alza de los casos de anaplasmosis, de 348 casos en 2000 a 5.655 casos en 2019.
De forma similar a la enfermedad de Lyme, las personas que desarrollan anaplasmosis desarrollan síntomas inespecíficos como fiebre y dolores musculares. Si no se trata, puede volverse fatal con algunos desarrollando problemas graves de sangrado y falla orgánica. Para Andrew Handel, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de Stony Brook Medicine, la doxiciclina es la opción terapéutica más eficaz.
4. Infección por el virus Powassan
Tres especies de garrapatas son portadoras del virus Powassan: la garrapata marmota, la garrapata ardilla y la garrapata del ciervo. De ellas, esta última es la que suele picar e infectar a los humanos. Casi todos los casos de este raro virus se han producido en la región del Noreste y los Grandes Lagos de EEUU.
El virus provoca síntomas leves como dolor de cabeza, vómitos y fiebre. Para cuando se hace el diagnóstico, Handel dice que aproximadamente la mitad de los pacientes presentan algún tipo de déficit neurológico. Las personas también pueden seguir mostrando problemas neurológicos, como cefaleas crónicas y problemas de memoria tras la recuperación.
Dado que sólo se dan entre 20 y 30 casos al año, Handel afirma que no hay mucha investigación médica sobre cómo tratarla. No hay cura ni antivirales para tratar el virus Powassan. En su lugar, las personas infectadas reciben líquidos, medicamentos sin receta y otros cuidados de apoyo para aliviar los síntomas mientras el sistema inmunitario combate la infección.
5. Fiebre maculosa de las Montañas Rocosas
Hay dos garrapatas, principalmente, responsables de la propagación de la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas: la garrapata de la madera de las Montañas Rocosas y la garrapata americana del perro. Según Cross, esta última es muy común en el Este, mientras que la garrapata de madera de las Montañas Rocosas se encuentra en el Oeste.
A pesar de su nombre, Cross afirma que la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas se encuentra más en el este y el sur que en la propia región de las Montañas Rocosas. La garrapata marrón del perro, menos común, también ha causado varios casos a lo largo de la frontera entre EEUU y México. La enfermedad forma parte de un grupo más amplio de dolencias que afectan a miles de personas en los Estados Unidos cada año.
El signo más notable es una erupción en forma de manchas rojas o puntos puntiformes en los tres primeros días tras la picadura. Si se trata con doxiciclina o un agente antibacteriano en el plazo de uno a cuatro días, los síntomas no empeoran. De lo contrario, la enfermedad puede ser mortal.
Después de una semana, Cross dice que las personas pueden desarrollar inflamación en el cerebro, problemas respiratorios potencialmente mortales y un estado similar al coma. Los que se recuperan de una enfermedad grave pueden quedar con discapacidad permanente, como parálisis o amputación de miembros.
6. Síndrome alfa-gal
La picadura de la garrapata estrella solitaria puede provocar alergia a la carne roja de por vida. Esta afección inusual se origina cuando una persona se vuelve muy sensible a una molécula de azúcar llamada alfa-gal que se encuentra en la mayoría de los mamíferos.
Las personas alérgicas no pueden comer carne roja (el pescado y las aves son seguros) ni productos derivados de mamíferos, como los lácteos y la gelatina. También pueden tener restringido el uso de ciertos medicamentos como la heparina, que utiliza intestinos de cerdo. Una reacción alérgica puede ir desde urticaria y náuseas hasta reacciones más potencialmente mortales, como el shock anafiláctico.
El síndrome alfa-gal ha sido una enfermedad rara pero cada vez más frecuente transmitida por garrapatas. En 2009, solo se notificaron 24 casos de alfa-gal en EEUU. En 2021, se estimaba que la cifra rondaría los 34.000. Aunque la saliva de la garrapata estrella solitaria parece desencadenar la alergia a los mamíferos, se sospecha que las picaduras de garrapata del ciervo también la causan.
Según los CDC, las garrapatas estrella solitaria se han concentrado en gran número en todo el país. Se encuentran en los estados del sureste, este y centro-sur de EEUU, desde Maine hasta el centro de Texas y Oklahoma. Si bien no tiene cura, las personas que padecen la enfermedad tienen que aprender a evitar ciertos alimentos y productos derivados de mamíferos. Los síntomas se tratan con antihistamínicos y corticosteroides.
Continúe leyendo la noticia aquí.