La ciudad ucraniana de Bucha sigue reconstruyéndose, sin olvidar a sus muertos

La ciudad ucraniana de Bucha sigue reconstruyéndose, sin olvidar a sus muertos

Un militar ucraniano saluda mientras recibe un premio del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky (izquierda), como parte de una ceremonia que marca el primer aniversario de la retirada de las tropas rusas de la ciudad ucraniana de Bucha, en Bucha, cerca de Kiev, el 31 de marzo. 2023. (Foto de Sergei SUPINSKY / AFP)

 

Un año después de ser liberada por las fuerzas ucranianas, la ciudad de Bucha sigue traumatizada por las atrocidades atribuidas a las tropas rusas durante treinta y tres días de ocupación.

Con el paso del tiempo, los habitantes de este suburbio de la capital Kiev afirman que “el dolor va disminuyendo” y que deben “seguir viviendo”, pese al trauma colectivo que sufrieron.





La calle Vokzalna, donde se produjeron intensos combates, ahora está llena de excavadoras y volquetes, y albañiles que trabajan para reconstruir casas y carreteras.

En esta arteria fue destruida una columna de blindados rusos durante la batalla librada por las fuerzas ucranianas para reconquistar la zona.

Los restos de los vehículos militares quedaron carbonizados en el lugar cuando las tropas rusas se retiraron el 31 de marzo de 2022, tras el fracaso de su ofensiva para tomar Kiev.

Muchas de las casas que bordean la calle quedaron destruidas.

Anatoly Yevdokimenko, de 60 años, está encantado de mostrar su nueva casa, totalmente rehabilitada.

“El techo quedó destruido, las puertas y las ventanas estaban rotas. Los proyectiles impactaron por todo lados”, contó a la AFP.

“Los voluntarios comenzaron a venir para la reconstrucción. Después hubo un programa para reconstruir Bucha, especialmente la calle Vokzalna”, dijo.

Durante la ocupación, que comenzó el 27 de febrero, “los rusos vivieron a nuestro sótano y preparaban la comida en el patio”, contó.

Yevdokimenko pudo abandonar la localidad a través de un corredor humanitario el 12 de marzo.

– Con ropas de civil –
Natalia Zelinska también se benefició de los esfuerzos de reconstrucción y su casa, que está en el cruce de las calles Vokzalna y Yablunska, fue rehabilitada.

En esta calle, un equipo de periodistas de la AFP encontró el 2 de abril de 2022 los cadáveres de unas 20 personas vestidas de civil. Una de ellas tenía las manos atadas por la espalda.

Estas imágenes conmocionaron al mundo y el gobierno de Ucrania las describió como un ejemplo de las ejecuciones sumarias de civiles que constituyen crímenes de guerra.

Zelinska dijo a la AFP que estuvo presente durante los combates de finales de febrero y principios de marzo, a comienzos de la ocupación.

“No vi el momento de la matanza (…) pero cuando nos vimos obligados a abandonar la casa (…) vimos muchos cadáveres, mucha gente asesinada”, contó.

Los trabajos de reconstrucción ayudaron a Zelinska a dar un giro a su vida y ella afirmá que está “muy contenta de haber sido incluida”.

Pero los recuerdos de lo que vio siguen acechándola.

“Necesito consultar a un psicólogo militar para hablar de la ocupación”, aseguró.

“A veces, cuando duermo, recuerdo esa época (…) y es horrendo”.

– “El mal debe ser castigado” –

Fuera de la iglesia de San Andrés, cerca de la municipalidad de Bucha, un grupo de obreros instaló un escenario para la ceremonia oficial de conmemoración prevista el viernes.

Durante la ocupación, muchos cadáveres fueron enterrados en una fosa común en el terreno de la iglesia.

“Hace un año, cuando los rusos estaban aquí, los residentes sólo podían quedarse en sus sótanos. Era peligroso, ya que los perseguían y les robaban”, explicó el sacerdote Andriy.

“Es muy importante que no olvidemos a las personas que, por desgracia, ya no están con nosotros”.

Pero el sacerdote cree que se debe pensar en el futuro.

“Para vivir en el futuro, no sólo hay que vencer y derrotar a los ocupantes”.

“Los criminales deben ser condenados, el mal debe ser castigado”, afirmó.

Natalia Plesa, de 47 años, acudió con su familia a visitar la tumba de su madre, que murió hace poco, tras sobrevivir a la ocupación.

Al fondo del cementerio hay cerca de 80 tumbas sin identificar de personas que murieron durante la ocupación rusa.

Plesa y su marido permanecieron dos semanas en Bucha durante la ocupación, antes de lograr huir por un corredor humanitario.

“Fue una época terrible. Daba mucho miedo salir por el corredor”, recordó.

“Con el tiempo, el dolor va cediendo y uno se olvida, uno sigue viviendo”, afirmó.

“Estoy segura de que Bucha será una ciudad aún más hermosa de lo que era antes de la ocupación”, afirmó.

AFP